El café es una de las bebidas más populares, sobre todo por el importante aporte de energía que otorga y que nos permite rendir al máximo en nuestro trabajo o estudios al mantenernos despiertos, tanto al despertarnos como después de las comidas como sustitutivo de la siesta.
Y es precisamente esa afectación al sueño lo que se debe vigilar, sobre todo si nos da problemas para el descanso necesario, por lo que aquí cobra importancia la última taza de café que tomamos en el día.
Según los expertos, el último café debe tomarse antes de las 16:30 horas para que no afecte a nuestro descanso nocturno, si nos acostamos entorno a las 23 horas, si lo hacemos antes, también debemos beber la taza final del día más temprano para no provocar insomnio.
A pesar de los múltiples beneficios que aporta el café a nuestro organismo como sus efectos antioxidantes, la cafeína presente en esta bebida popular hace de estimulante a nuestro sistema nervioso, donde puede almacenarse hasta seis horas o más, dependiendo de cada persona.
Alternativas
El té o café descafeinado pueden sustituir al café tardío
El efecto de la taza de café se empieza a notar entre 30 y 45 minutos después de consumirla, y su ingesta tardía se ha comprobado que afecta a nuestro descanso nocturno al interferir en nuestra posibilidad de conciliar el sueño.
En caso de que necesitemos aporte de energía por la tarde, existen alternativas a esta última taza de café si puede afectar a nuestro sueño, como es el caso del té o de una bebida descafeinada.