El nutricionista Pablo Ojeda advierte sobre la manía que tenemos al guardar los tomates y que hace que se echen a perder: “Uno respira lo que echa el otro”

Consejos de cocina

El experto recomienda guardarlos en un lugar fresco y seco, con espacio suficiente entre sí

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El nutricionista Pablo Ojeda subraya la importancia de no amontonar los tomates para que duren más tiempo frescos.

Luis Serrano

El tomate es un fruto con mucha presencia en la dieta mediterránea. Y sí, aunque muchos creen que se trata de una verdura, lo cierto es que se clasifica como una fruta, tal y como señala la Fundación Española de Nutrición (FEN). En las cocinas españolas destaca por su versatilidad, desde elaborar una salsa hasta untar una tostada.

Además, no hay que pasar por alto sus propiedades beneficiosas para la salud, entre las que destaca su aporte de vitamina A y vitamina C. Pero hay un aspecto de los tomates que es importante conocer para sacarles el máximo provecho: cómo guardarlos a fin de que duren más tiempo en buen estado. El nutricionista Pablo Ojeda compartió, en su paso por el programa ‘Más Vale Tarde’ (La Sexta), una serie de consejos para conservar los tomates correctamente.

Cómo conservar los tomates para que duren más tiempo frescos

El experto explicó que hay que palpar los tomates para saber cuándo están en el punto idóneo de madurez, así como usar el color como pista. “Los tomates, al igual que muchas frutas, van madurando un poquito más por la parte de abajo, si está muy duro fuera”, explicó, pues todavía no estaría listo para el consumo.

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Puso de relieve que los tomates no deben guardarse en la nevera, dado que pierden sabor y textura. “Déjalos a temperatura ambiente si aún no están maduros”, escribe Pablo Ojeda en el texto que acompaña la publicación del vídeo compartido en su perfil de Instagram.

Además, recomienda guardarlos en un lugar fresco y seco, alejados de la luz directa del sol, para evitar que este acelere su maduración. Otro punto importante es que no hay que amontonarlos, sino que lo conveniente es colocarlos con espacio entre unos y otros para evitar que la humedad y el contacto aceleren la aparición de moho. “El tomate es un fruto climatérico, es decir, que sigue respirando, si yo lo pongo todo junto este respira lo que echa este”, advierte el nutricionista.

Matiza que sí se pueden guardar en el frigorífico cuando ya están en su punto máximo de madurez, pero hay que consumirlos pronto. Otra opción es congelarlos, ya sea troceados o triturados, para preparar salsas con ellos.

Finalmente, si tienen moho, el especialista advierte que jamás podemos retirar la parte afectada por el moho e ingerir el resto, sino que sería preciso tirar todo el tomate, ya que ese moho puede haberse extendido contaminando todo el fruto. Este es un dato importante, pues de lo contrario podríamos sufrir una intoxicación alimentaria.

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