Si hay un alimento que los italianos abanderan con especial cariño, es la pasta. Un producto de lo más versátil que puede elaborarse en una amplia variedad de recetas. Sin embargo, fuera de las fronteras de Italia a menudo cometemos errores en la preparación que hacen que los italianos se lleven las manos a la cabeza, como partir los espaguetis a la mitad antes de cocinarlos o tener la osadía de calentar el pesto.
Otro aspecto importante para seguir la tradición culinaria italiana al dedillo es que la pasta quede al dente, nunca cocinarla en exceso. Para tal fin, no basta solo con seguir los tiempos de cocción adecuados, sino que además hay un truco que facilitará llegar a este punto de cocción idóneo: cocer la pasta en abundante cantidad de agua.
Cómo cocer la pasta al dente, según un chef italiano
No nos engañemos, la cantidad de agua a la hora de cocer la pasta suele calcularse a ojo. Y, de hecho, es habitual escatimar y utilizar poca, como medida de ahorro o creyendo que así la pasta conservará mejor su sabor. Pero lo cierto es que usar una gran cantidad de agua será la clave para que quede al dente, tal y como ha prometido un chef italiano.
A través del perfil de Instagram @familiadavanti han dado a conocer un truco para que la pasta quede al dente: “Utilizar mucha pero mucha agua, hervir la pasta en mucha agua con sal”, subraya el cocinero.
Además, aprovecha la ocasión para advertir acerca de otros errores que no se debe cometer, “jamás echarle aceite” y “sobre todo, no enfríen la pasta debajo del agua” después de cocerla.
Echar aceite al agua de cocción y enjuagar el agua después con agua fría son remedios a los que muchos recurren con el objetivo de que esta no se pegue, cuando en realidad sendas prácticas resultan contraproducentes. Teniendo en cuenta que el aceite no se mezcla con el agua, este solo flotará en la superficie sin llegar a integrarse con la pasta durante la cocción, pero sí la tocará al colarla, creando una capa antiadherente y resbaladiza en la pasta que no permitirá que esta se integre después uniformemente con la salsa escogida.
Lo mismo ocurre con enjuagar la pasta con agua fría después de cocerla. Esta manía solo consigue que se elimine el almidón, lo que perjudica la textura y el sabor de la pasta. La única excepción en la que enjuagar la pasta con agua tras cocerla sí está justificado es cuando esta va a destinarse a una ensalada de pasta, puesto que este plato se ha de tomar frío.