Los bares, restaurantes y otros locales gastronómicos se suelen asociar con el hecho de pasar un buen rato en familia o junto a la buena compañía de amigos mientras se disfruta degustando comida distinta a las que se consume habitualmente en casa. Sin embargo, no todo es de color de rosa en el sector de la hostelería.
Y es que las condiciones laborales lamentables de muchos trabajadores, con jornadas interminables y constantes conflictos y discusiones entre propietarios, camareros y clientes son tan solo algunos ejemplos de los conflictos que sufren los trabajadores habitualmente en este sector.
Situaciones así seguramente se han producido desde toda la vida, pero antes solo quedaban en el recuerdo de quienes las habían vivido. Sin embargo, con la entrada de las redes sociales en el juego, hoy en día estos conflictos tienen mucha más repercusión. En ellas, los camareros han encontrado un espacio virtual donde poder dar voz a todas las injusticias a las que se enfrentan a diario. Y también los clientes.
Uno de los perfiles más conocidos que da voz a los conflictos que se dan en la hostelería es la cuenta de X (antes Twitter) Soy Camarero. Este perfil se hace eco día tras día de situaciones que le explican sus compañeros de profesión y también de clientes enfadados por malos servicios. Recientemente, el camarero detrás de este perfil, Jesús Soriano, ha difundido la fotografía de un cartel enganchado en una mesa de la terraza de un bar.
El mensaje, dirigido a los clientes, dice así: “Cada consumición 50 minutos. Disculpen las molestias, muchas gracias”. “Si ves ese cartel ¿te sentarías o pasarías de largo?”, ha preguntado Soriano para abrir el debate, que se ha vuelto tenso en la sección de comentarios.
Reacciones en redes
“Yo creo que lo habrán puesto porque verán demasiadas veces a clientes pidiendo un café solo y se queda 5h chupando de wifi”
Tras viralizarse en internet, cientos de personas han dado su opinión sobre este cartel. Las opiniones han quedado divididas entre quienes se han indignado por esta medida en la que el negocio pone presión al cliente para consumir más o irse y quienes entienden la decisión del local. “Paso de largo, aunque luego solo fuera a quedarme 30 minutos. Sé que hay gente que se toma un café y se tira 3 horas allí, que tampoco me parece bien, pero el ponerte el cronómetro...”, ha opinado una usuaria.