El destino se ha encargado de unir a dos grandes del deporte mundial en la Villa Olímpica de París 2024: Michaela Blyde, jugadora de rugby neozelandesa, y Shelly-Ann Fraser-Pryce, icónica velocista jamaicana con un palmarés impresionante.
Todo comenzó en la privacidad de su habitación en la Villa olímpica, cuando Michaela, entre entrenamientos y partidos, recibió una notificación que cambió su día: Shelly-Ann comenzó a seguirla en Instagram. No se lo podía creer. Y mucho menos que pasara a formar parte de los mejores amigos de la velocista, permitiéndole acceder a un contenido más personal e íntimo.
La culminación de esta conexión digital fue un mensaje privado de Shelly-Ann. La emoción de Michaela fue tal que se quedó en blanco y necesitó la ayuda de sus compañeras para responder. Finalmente, fue una de sus amigas las que acabó escribiendo el mensaje, que fue bien recibido por la jamaicana.
Al día siguiente, el encuentro físico se hizo realidad. Informada de que conocería a su ídolo cerca de la cafetería, Blyde no pudo contener la emoción. Acompañada de sus compañeras de equipo, corrió descalza hacia Fraser-Pryce y la abrazó efusivamente, un momento recogido por numerosos móviles y que rápidamente se viralizó.
Después del encuentro, Blyde aseguró que acababa de “ver a la realeza”, refiriéndose no a la realeza europea, sino a la realeza del sprint, encarnada en Fraser-Pryce, poseedora de ocho medallas olímpicas. Además, la neozelandesa bromeó con que sus piernas iban a necesitar tratamiento después de haber corrida tanto para poder abrazar a su heroína.