El uso de pantallas se ha convertido en parte esencial de la vida cotidiana de millones de niños en todo el mundo. Desde tareas escolares hasta entretenimiento o socialización, cada vez son más las horas que los más pequeños pasan frente a un dispositivo electrónico.
Sin embargo, un nuevo estudio liderado por el psicólogo Michael Noetel, profesor asociado en la Facultad de Psicología de la Universidad de Queensland (Australia), lanza una seria advertencia: “Descubrimos que un mayor tiempo frente a las pantallas puede provocar problemas emocionales y de comportamiento”.
Una relación preocupante
Pantallas y salud emocional. Los resultados revelan una tendencia clara: a mayor exposición a pantallas, mayor probabilidad de que los niños desarrollen problemas socioemocionales. Esto incluye tanto síntomas internalizados como ansiedad y depresión, como otros externalizados, como la agresividad o la hiperactividad.

No es buena idea utilizar las pantallas en casa para hacer que los niños se relajen
Además, el estudio apunta a un círculo vicioso: “Los niños con estos problemas suelen recurrir a las pantallas para afrontarlos”, explica Noetel, lo que refuerza el uso excesivo y la dependencia digital.
¿Quiénes están más expuestos al riesgo? Los investigadores detectaron que los niños de entre 6 y 10 años son más vulnerables que los de 0 a 5 años. También observaron diferencias por género: las niñas tienden a desarrollar más problemas emocionales con un uso elevado de pantallas, mientras que los niños son más proclives a aumentar su exposición cuando ya presentan dificultades socioemocionales.

Niños con móviles
Asimismo, el tipo de contenido importa. El uso de videojuegos se asoció con mayores riesgos que el uso educativo o recreativo moderado. “Los niños con problemas emocionales también eran más propensos a recurrir a los videojuegos como mecanismo de afrontamiento”, puntualiza Noetel.
¿Qué pueden hacer las familias? La investigación subraya que limitar el tiempo de pantalla no es suficiente por sí solo. Según Noetel, los padres deberían estar atentos a los motivos por los que sus hijos buscan refugio en los dispositivos electrónicos. “Los niños que usan las pantallas con frecuencia podrían necesitar apoyo emocional, no solo restricciones”, asegura.

El impacto de la tecnología en el desarrollo de tu hijo
En este sentido, sugiere que las familias se apoyen en programas que combinen la gestión del uso de pantallas con estrategias para abordar posibles problemas emocionales. Además, recomienda utilizar controles parentales y fomentar una relación más consciente y equilibrada con la tecnología.
Un paso más cerca de la causa y el efecto
Gracias al enfoque longitudinal de los estudios incluidos, el metaanálisis se sitúa un paso más cerca de establecer una relación causal entre el uso excesivo de pantallas y el desarrollo de problemas emocionales. Aunque Noetel admite que “no podemos descartar por completo otros factores, como el estilo de crianza”, considera que esta investigación representa un avance significativo frente a las observaciones aisladas de estudios anteriores.