Dormir bien no es solo cuestión de sentirse descansado. Para el cardiólogo José Abellán, el descanso tiene un impacto directo sobre la salud del corazón y puede marcar la diferencia entre una vida larga y saludable o el riesgo de sufrir un infarto. En su intervención en el podcast “Cómo no morir por un infarto a los 60 años”, conducido por Juan Ramón Lucas en Sr. Wolf, el especialista ha revelado una sencilla forma de saber si estamos descansando correctamente: prestar atención a cómo nos sentimos tras comer.
“El indicador más fiable es cuando terminas de comer”, afirmó Abellán, quien explicó que si en ese momento del día sentimos una necesidad inmediata de dormir, es probable que no hayamos tenido un sueño reparador. Lejos de métodos complejos o pruebas clínicas, el cardiólogo propone observar las señales que nos da el propio cuerpo como forma básica de autoevaluación.
Dormir bien para proteger el corazón
El insomnio afecta a cerca del 10% de la población, y según datos de la Real Academia Nacional de Medicina de España, su prevalencia aumenta con la edad, siendo ligeramente más común entre mujeres. En este contexto, Abellán recordó que el sueño es un pilar de la salud cardiovascular: dormir mal, poco o en horarios desordenados incrementa el riesgo de infartos y otros eventos cardiovasculares. “Esa gente enferma más de infarto con el tiempo, y tiene mucho sentido”, advirtió.

Dormir mal
También denunció los efectos de los entornos iluminados artificialmente: “Vivimos con mucha luz artificial y mucha luz blanca por la noche”, lo que interfiere con los ritmos naturales de nuestro cuerpo. Según explicó, nuestros ciclos biológicos están diseñados para adaptarse a la luz solar, no a la exposición prolongada a pantallas o bombillas LED.

José Abellán
¿Cuántas horas hay que dormir realmente? Aunque la Sociedad Americana del Sueño recomienda entre 7,2 y 8,9 horas por noche, el doctor aclaró que no hay una cifra única válida para todos: “Hay personas que con 7 horas están perfectas y otras que necesitan casi nueve”, señaló, recordando que cada organismo tiene su propio ritmo.

Seguir dando vueltas en la cama mientras no podemos dormir acaba siendo contraproducente
Además, el cardiólogo abordó el papel del sistema glinfático, una red que limpia el cerebro durante el sueño: “Es donde nos reparamos, es cuando nuestro sistema nervioso central se limpia de esas sustancias tóxicas”, explicó. Una noche mal dormida puede tener efectos inmediatos, como aumento de la presión arterial, resistencia a la insulina y una peor respuesta del sistema inmunológico.
Escuchar al cuerpo: la clave para prevenir
El mensaje de José Abellán es claro: dormir bien no es un lujo, es una necesidad vital. Y para saber si lo estás haciendo bien, basta con escuchar tu cuerpo. “Si después de comer tienes sueño, es que no has descansado todo lo bien que deberías”, concluye.