En un mundo que valora la inmediatez y la imagen por encima del proceso, Esther Perel, una de las voces más influyentes en el ámbito de la psicoterapia contemporánea, recuerda una verdad incómoda: la confianza en uno mismo no es un rasgo que se conquista de golpe, ni tampoco una fachada que se puede imitar.
Durante su intervención en el podcast internacional The Diary of a CEO, la experta fue tajante: “No hay un atajo para ganar confianza en uno mismo. Intentar acelerar ese proceso es ser una persona arrogante”.
Capa a capa, sin atajos
Perel recurre a una cita de su colega Terry Real para ilustrar su visión: “La confianza es cuando eres capaz de verte como una persona con defectos y aún así mantenerte en alta estima”. Frente a la creencia popular que asocia la seguridad con la infalibilidad o la autosuficiencia, la psicoterapeuta belga propone un enfoque más humano: abrazar la imperfección sin renunciar al respeto propio.

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Para Perel, el desarrollo de una confianza auténtica no tiene nada que ver con creerse invulnerable, sino con saber convivir con la incertidumbre, cometer errores y volver a intentarlo. “No se trata de estar seguro de todo, sino de estar dispuesto a equivocarse y volver a intentarlo”, afirmó durante su conversación en el programa conducido por Steven Bartlett.

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Este proceso, según explicó, no se puede acelerar sin caer en la arrogancia. La experiencia acumulada, el aprendizaje que dejan los fallos y la madurez emocional son los verdaderos pilares sobre los que se asienta una autoestima sólida. A título personal, reveló que en sus veintes podía pasar semanas afectada por un error; hoy, en cambio, solo necesita unas horas para recomponerse. Una evolución que ejemplifica la transformación real: lenta, pero profunda.

La terapeuta Esther Perel
La importancia de ser visto y aceptado. Uno de los momentos más emotivos de su intervención fue cuando abordó el papel del entorno en el desarrollo personal. Aunque cada persona reacciona de manera distinta ante la adversidad, Perel identifica un patrón común entre quienes logran salir adelante: “Siempre hay alguien que creyó en ellos cuando ellos no podían hacerlo. Un maestro, un vecino, un entrenador. No siempre es la familia, porque muchas veces la herida viene de ahí”.
Con esta afirmación, la terapeuta arroja luz sobre la necesidad universal de sentirse aceptado. Más allá de la autosuficiencia, el reconocimiento externo juega un papel clave en momentos de vulnerabilidad. A veces, un solo gesto de apoyo puede ser el impulso que una persona necesita para reconstruirse.
Confianza y vulnerabilidad
Una pareja inseparable. La charla de Perel se ha viralizado en redes sociales porque desafía la narrativa dominante: no hay éxito emocional sin error ni seguridad sin vulnerabilidad. Frente a una cultura obsesionada con aparentar fortaleza, su propuesta es clara: cultivar una confianza que no se basa en la perfección, sino en la integridad emocional.
“La confianza se logra capa a capa. No hay atajos”, insiste. Y esa construcción lenta, hecha de tropiezos y lecciones, puede ser más transformadora que cualquier fórmula rápida. Porque al final, como recuerda la psicoterapeuta, la verdadera fuerza no está en no caer, sino en saber levantarse con respeto hacia uno mismo.