A veces, sin darnos cuenta, se nos escapan palabras que pueden herir a nuestros hijos más de lo que imaginamos. En medio del cansancio, el estrés o la rutina, hablamos sin medir el peso de lo que decimos. Lo que para un adulto es un comentario pasajero, para un niño puede convertirse en una marca silenciosa que afecta su confianza y su manera de verse a sí mismo.
El psicólogo infantil Javier de Haro ha reflexionado sobre ello en uno de los vídeos más recientes de su canal de TikTok: “No las decimos porque queramos hacer daño, sino porque somos humanos, porque nos las decían cuando éramos pequeños, porque nos salen solas o porque sabemos que así van a parar… y, sin darnos cuenta, las repetimos de forma inconsciente una y otra vez”, empieza diciendo.
Un padre intentando educar a su hijo
Diez frases que pueden ser una forma de abuso emocional
“Te voy a dar motivos para seguir llorando”. Se trata de una forma de decirle que expresar lo que siente está mal.
“Porque yo lo digo, y punto”. Esta frase pretende imponer autoridad desde el poder y el miedo.
“Qué dramático eres, no exageres más”. Utilizar esta frase invalida su emoción, haciéndole sentir que lo que siente no importa.
Los padres deben procurar un entorno adecuado al desarrollo de los hijos, pero también afrontar la crianza con la madurez suficiente
“Hay niños que están mucho peor que tú y no se quejan”. Es una forma de chantaje emocional basada en que solo el sufrimiento extremo merece atención.
“Eres igualita a tu madre o tu padre”. Utiliza la comparación como arma, generando culpa, rechazo o vergüenza.
“Si no te gusta te buscaré otra familia para que te marches”. Transmite inseguridad afectiva, como si el amor pudiera retirarse.
“Si haces estas cosas, no te voy a querer”. Refuerza la idea anterior de que el amor es a condición de cómo se porte o de lo que haga.
Discusión entre un padre y su hijo
”Mira lo que me haces hacer, a mi no me gusta gritar o pegarte”. Translada la responsabilidad de nuestra mala reacción al niño, justificando nuestras carencias.
“Tu hermano nunca se queja”. Es una forma de decirle que no queremos que sea como es.
“Siempre estás igual, todo el tiempo molestando”. Etiqueta al niño con un rol negativo. Es como decirle que nunca va a cambiar.
“Ser conscientes de estas cuestiones es fundamental para intentar evitarlas”
Decimos estas frases cuando estamos cansados. Ser capaces de no responder de manera instintiva es vital. Puede ayudar decirle que hablaréis más tarde cuando estéis calmados.
Se te escapará alguna frase. Apelar a nuestra humildad, al amor hacia nuestro hijo y a nuestra ambición por ser los padres que nuestros hijos necesitan nos permitirá pedirles perdón, reparar y buscar alternativas para no caer la próxima vez.
Pide que te lo recuerden. Dile también a tus hijos que si algún día se la vuelves a decir, te lo recuerden. Eso también es enseñarles a poner límites y a defender su voz y su dignidad. Eso es educar.

