La felicidad se ha convertido en un concepto escurridizo, moldeado por expectativas, comparaciones y un ritmo de vida que apenas deja espacio para la pausa. Aunque se habla constantemente de bienestar, muchos viven atrapados entre la exigencia de ser felices y la frustración de no lograrlo.
Víctor Küppers es un conferenciante experto en crecimiento personal. El experto afirma que la felicidad no es algo excepcional, como tampoco es la alegría. Para llegar a comprenderla debemos fijarnos en la psicología positiva. Küppers ha reflexionado sobre ello en el podcast 'La fórmula del éxito': “Parece que se trata siempre de estar contento, riéndote, siendo feliz, con entusiasmo. Y no va por ahí”, empieza diciendo.
Felicidad
El valor de la alegría pausada
Felicidad. El secreto de la felicidad no está en pasar el día extasiado de entusiasmo. Küppers defiende la importancia de ser buena persona, ayudar a los demás y pasar día tras día sabiendo que estamos haciendo lo correcto.
Niño durmiendo
Alegría reposada. El conferenciante, para ayudar a ilustrarlo habla de esa alegría tranquila que sentía siempre que veía a sus hijos dormir: “Yo me acuerdo siempre de que me encantaba mirar a mis hijos pequeños como dormían. Notaba esa oxitocina. Esa es la alegría que hay que buscar, una alegría genuina, y no tanto una alegría ruidosa, que es fantástica, pero no siempre podemos tenerla”, termina diciendo.
Reflexión. Más allá de la ternura que despierta ver a un hijo dormido, hay algo más profundo en esa imagen: la sensación silenciosa de haber cumplido con el deber. Cada noche que un niño se acuesta tranquilo resume un día de esfuerzo, de decisiones pequeñas, de cuidados casi invisibles que construyen seguridad y confianza. La verdadera alegría de la crianza no siempre se expresa con grandes gestos, sino con esa serenidad que deja saber que, pese a los errores y el agotamiento, se ha hecho lo correcto. Una felicidad discreta, duradera, que acompaña incluso en los días difíciles.

