En una sociedad hiperestimulada, donde el ritmo y la distracción son la norma, la psicóloga clínica y terapeuta Marly Kuenerz ofrece una mirada sencilla pero transformadora: aprender a enfocar la atención es una de las claves para vivir mejor.
En una charla compartida por el podcast El Sendero, Kuenerz explica cómo el entrenamiento de la mente puede cambiar nuestra forma de sentir y decidir. “Somos lo que entrenamos. Entonces, si entrenamos la atención, vas a facilitar tu vida un montonazo”, afirma la autora.
Captura de vídeo
Entrenar el foco: el antídoto contra la dispersión
Kuenerz cita un estudio que demuestra que las personas están dispersas casi la mitad del tiempo y que, precisamente, cuando más foco tienen, más felices se sienten. “Cuando tenemos foco, somos felices. Por lo tanto, hay que aprender a focalizar, punto. No tiene mucho más.”
El estudio de Harvard en cuestión
Para lograrlo, la psicóloga propone un ejercicio tan simple como eficaz: observar el segundero de un reloj durante unos minutos al día. El objetivo es medir cuánto tiempo podemos mantener la atención sin distraernos y, poco a poco, ampliar ese tiempo con práctica. “Si lo entrenas todos los días, vas a ver que tu capacidad de focalizar va aumentando, va aumentando…”, asegura.
Aprender a parar y a mirar hacia dentro. La especialista también insiste en la importancia de aprender a hacer pausas diarias para reducir la hiperactivación del sistema nervioso, un problema que relaciona con el aumento del insomnio y la ansiedad en la actualidad.
La falta de foco puede ser fatal
“Nuestro sistema nervioso está muy activado con tanto estímulo. Por eso, el saber parar es tan importante. Yo siempre digo a mis alumnos: haced por lo menos cinco minutos al día, a vuestro ritmo, los cinco minutos que disfrutéis.”
Contrariamente a lo que muchos piensan, parar no es perder el tiempo, sino una forma de centrarse y actuar con más claridad. “Todo el mundo cree que no llega si anda más lento y no es verdad. Porque como estás mucho más focalizado, no te equivocas y vas al grano.”
La dificultad de estar con uno mismo. Kuenerz también se refiere a la resistencia que sienten muchas personas a quedarse a solas con sus pensamientos. Cita un experimento psicológico que demuestra que algunas personas preferían darse descargas eléctricas antes que permanecer sin estímulos en una habitación vacía.
“La gente tiene mucha dificultad en estar consigo misma al principio… y luego empiezas a gozarlo”, dice con humor. La psicóloga anima a mirar hacia dentro, aunque al principio resulte incómodo: “Sí, te va a costar, vas a tener resistencias, vas a opinar que no es para ti… pero ese esfuerzo inicial es el que rompe la inercia de la rueda de la vida.”
Saber esperar: el foco también es no actuar
En su reflexión, Kuenerz explica que focalizar no significa forzar decisiones, sino aprender a convivir con la incertidumbre. “Si tienes un momento en la vida en que no sabes si ir por la derecha o por la izquierda, convive con él un tiempo, que hay un momento que ¡pum!, se te abre el camino.”
Para ella, el foco y la paciencia son las dos caras de una misma moneda: ambas nos protegen del ruido, de las prisas y de los caminos que no nos corresponden.
