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Daniel Amen, psiquiatra: “Frenar los pensamientos negativos no es difícil, pero hay que convertirlo en un hábito”

Psicología 

El experto estadounidense propone un método mental basado en cinco preguntas que ayudan a romper el bucle de los pensamientos destructivos y entrenar la mente para pensar mejor

Daniel Amen durante el podcast

The Diary Of A CEO / YouTube

¿Te has sorprendido alguna vez dándole vueltas una y otra vez a algo que te preocupa, sin poder parar? Para el psiquiatra Daniel Amen, uno de los nombres más reconocidos en el ámbito de la salud mental en EE. UU., ese bucle no es inevitable. “Frenar los pensamientos negativos no es difícil, pero hay que convertirlo en un hábito”, explica en una conversación con el podcast The Diary of a CEO.

Cuando un pensamiento cambia tu cuerpo

Amen lleva años estudiando cómo las emociones alteran la química del cerebro. Lo explica de forma sencilla: cada pensamiento tiene una consecuencia física inmediata.

Captura de vídeo

The Diary Of A CEO / YouTube

“Cuando tienes un pensamiento triste, enfadado o ansioso, tu cerebro libera un conjunto de químicos que te hacen sentir mal. Tus manos se enfrían, sudan, tu respiración se acelera y los músculos se tensan”, comenta.

Y lo contrario también ocurre. Los pensamientos positivos —añade— calman la respiración, regulan el pulso y hacen que el cuerpo se sienta más ligero. No se trata de optimismo ingenuo, sino de cómo se entrena la mente para responder de forma distinta.

Pensamientos negativos 

Pexels

El ejercicio de las cinco preguntas

El psiquiatra propone un pequeño ritual mental, una especie de “botón de reinicio” para los días en que la cabeza no se detiene. “Cada vez que te sientas triste, enfadado o fuera de control, escribe lo que estás pensando y luego respóndete estas cinco preguntas”:

  1. ¿Es cierto?
  2. ¿Es absolutamente cierto?
  3. ¿Cómo me siento cuando tengo este pensamiento?
  4. ¿Cómo actúo cuando tengo este pensamiento?
  5. ¿Cuál es el resultado de tener este pensamiento?

Una vez hecho este ejercicio, recomienda dar un paso más y mirar el problema desde el otro lado:

  • ¿Cómo me sentiría sin este pensamiento?
  • ¿Cómo actuaría sin este pensamiento?
  • ¿Cuál sería el resultado de no tener este pensamiento?

Daniel Amen

BrainMD

Una mente que se entrena como un músculo. Esta técnica, inspirada en el trabajo de su amiga Byron Katie, no pretende eliminar las emociones negativas, sino desactivar su poder. Amen asegura que con la práctica, los resultados son evidentes: “Puede transformar completamente tu forma de pensar si lo haces de manera repetida”.

Para el psiquiatra, la clave está en observar los pensamientos con distancia, sin darles el control. Incluso propone darles la vuelta: si piensas “nadie me escucha”, intenta decir “algunas personas sí me escuchan” y pregúntate si eso también puede ser cierto. “Muchas veces lo es”, señala.

Cambiar el pensamiento cambia el cerebro

Amen insiste en que este tipo de trabajo no solo mejora el estado de ánimo: modifica la estructura cerebral. Los pensamientos, al repetirse, crean rutas neuronales más o menos saludables.

“Ser un pensador negativo o positivo de forma repetida cambia la forma de tu cerebro”, afirma.