Mel Robbins, experta en crecimiento personal, sobre cómo desahogarte no te libera de la ira: “La ciencia demuestra que hace precisamente lo contrario”
Bienestar
La coach estadounidense advierte que la ira es una emoción desagradable de la que la mayoría de la gente quiere deshacerse, pero hay que aprender a vivir con ella
Mel Robbins: “Desahogarse no calma la ira, solo estás echando más leña al fuego”.
¿Es bueno desahogarse para liberar la tensión emocional? En ocasiones uno piensa que gritar, llorar o expresar a viva voz lo mal que nos sentimos es la mejor manera de “sacar” lo que llevamos dentro para poder sentirnos mejor. Puede que sintamos alivio inmediatamente, pero a la larga no será suficiente. La experta en desarrollo personal Mel Robbins dice más: solo será como “gasolina que echar al fuego”. Es más, como afirma la reconocida coach estadounidense, no lo dice ella: lo demuestra la ciencia.
En ocasiones pensamos que desahogarse será la mejor herramienta para sentirnos mejor. “Sin embargo, hace lo opuesto”, apunta Robbins. “Cada vez que te desahogas, tu cerebro memoriza tu indignación y la fija en tu sistema nervioso”, explica la experta, que indica que lo único que esto provoca es que “te enfades aún más la próxima vez”.
Mel Robbins: “La próxima vez que alguien te esté sacando de quicio, déjale”.
Robbins apoya sus afirmaciones con un reciente estudio de los investigadores Sophie L. Kjærvik y Brad Bushman, de la Universidad Estatal de Ohio, quienes realizaron un metaanálisis masivo de investigaciones sobre el manejo de la ira. Sus resultados fueron sorprendentes: no encontraron ni una sola prueba de que desahogarse reduzca la ira.
Los investigadores analizaron 154 estudios con más de 10.000 participantes, tras lo que concluyeron que desahogarse no solo no reduce la ira, sino que en algunas situaciones incluso la aumenta.
Mel Robbins: “La próxima vez que alguien te esté sacando de quicio, déjale”.
Unos resultados que van en contra de la teoría de la catarsis (esa idea de “soltar” para calmarse). Según la investigación, desahogarnos eleva nuestra excitación fisiológica (“sube la temperatura emocional”) y no ayuda a la resolución del problema ni a pensar de forma más clara. En otras palabras, desahogarse podría reforzar aún más la agresividad.
“La ira es una emoción que se asocia con una alta excitación fisiológica. Eso significa que tu ritmo cardíaco aumenta, tu presión arterial está alta, tu frecuencia respiratoria se acelera”, le dijo a BBC Reel la doctora Sophie Kjærvik, la autora principal del análisis. “Por tanto, existe una gran necesidad de identificar estrategias eficaces para reducir y gestionar la ira. Hacer boxeo para desahogarte solo alimentar a la ira -más adrenalina, más tensión-. Estás echándole más leña al fuego”.
Mel Robbins: “La próxima vez que alguien te esté sacando de quicio, déjale”.
“Creo que es realmente importante acabar con el mito de que si estás enojado debes desahogarte”, subrayó Bushman, coautor del estudio. “Desahogar la ira puede parecer una buena idea, pero no hay ni la más mínima evidencia científica que respalde la teoría de la catarsis”.
Por otro lado, hay evidencia a más largo plazo que demuestra que centrar el foco en la emoción negativa o en el desahogo puede favorecer una mayor ansiedad. Así lo demostró un estudio publicado en la revista especializada Journal of Affective Disorders tras analizar las estrategias emocionales de personas a lo largo de 18 años (Marr, 2023).
En ese estudio, quienes regularmente recurrían al desahogo emocional (o centrarse en lo negativo) eran más propensos a que su ansiedad o depresión empeorase con el tiempo, lo que sugiere que este “venting” constante no solo no resuelve, sino que puede perpetuar o alimentar malestar emocional crónico.
Desahogarse: revivir lo que hace daño
Desahogarse muchas veces significa revivir emocionalmente lo que nos duele, no necesariamente procesarlo o transformarlo. Al hacerlo, podemos cometer el error de caer en otro problema, como la rumiación o dar vueltas a lo mismo en nuestra mente, lo cual es muy poco útil para nuestra salud mental. Caer en rumiación (dar vueltas mentales sobre lo mismo), lo cual es un patrón muy poco útil para sanar.
Lo mejor para acabar con este estado: técnicas calmantes. Cualquier cosa que reduzca la excitación fisiológica reducirá la excitación. Sin embargo, esto no quiere decir que nunca debamos hablar de lo que sentimos. No es lo mismo desahogarse sin estructura que emplear estrategias de regulación emocional más saludables: por ejemplo, la revaluación cognitiva, reconocer lo que siento sin juzgarlo o técnicas de respiración y mindfulness.