El especialista en recursos humanos Rafael Alonso ha puesto el foco en una realidad poco comentada: en muchas empresas, los trabajadores que cumplen, producen resultados y “no se quejan” pueden ser, paradójicamente, quienes más salen perjudicados. En TikTok, comentó que: “Las personas que trabajan muy duro, no se quejan, sacan resultados, son las más perjudicadas de toda la empresa”.
Y explicó la razón:“Psicológicamente, los líderes ven a esos primeros como personas en las que se puede confiar. Si piensas que alguien te la va a liar, pues no le das trabajo”.
Mujer estresada por el trabajo
Consejo para este tipo de trabajadores
En otras palabras, ser fiable, competente y silencioso puede hacer que reciba más tareas, más responsabilidades, más estrés… y el mismo salario que quien “no da un palo al agua”.
“Los trabajadores que se esfuerzan, que trabajan duro y hacen las cosas bien… tienen mucho más estrés que una persona que simplemente va a su trabajo y se va para su casa”.
Captura de vídeo
Su consejo para estos profesionales es claro: poner límites, asumir que el exceso de carga no debe ser la norma y reclamar una compensación justa de responsabilidades. “Si quieres conservar tu salud mental… pon límites… pide que se te pague en función de las responsabilidades e, incluso, de la carga de trabajo que tienes.”
¿Existe un coste real para estos trabajadores? Sí. El exceso de tareas y la falta de reconocimiento pueden desembocar en desgaste laboral o síndrome de burnout. En España, varios estudios han demostrado cómo las condiciones laborales, sobre todo en tiempos de presión creciente, impactan la salud mental.
Burnout
Por ejemplo, un informe del Ministerio de Sanidad de España reveló que las bajas laborales por problemas de salud mental aumentaron un 72 % entre 2020 y 2024, con una media de 108 días de baja por caso.
Otro estudio entre profesionales del comercio minorista en España encontró que un 43 % de los trabajadores ya sentía agotamiento o fatiga laboral en 2024. Estos datos refuerzan lo que Alonso describe: la persona que “no se queja y rinde” puede estar trabajando bajo una carga prolongada y silentemente perjudicial.
Qué pueden hacer los 'Trabajadores Silenciosos'
- Diagnostica tu carga real: identifica qué tareas haces, cuánto tiempo te llevan y si están fuera de tu descripción o expectativas.
- Pide una compensación proporcional: tanto en forma de salario como de tiempo, reconocimiento o desarrollo profesional.
- Establece límites claros: evitarás que tu buena voluntad se convierta en tu arma contra ti mismo.
- Habla con tu responsable: expón los datos, demuestra lo que haces y ofrece alternativas (delegar, equilibrar, renegociar).
- Cuida tu salud mental: estar disponible sin descanso no es virtud cuando se convierte en hábito letal.
Rafael Alonso llama la atención de quienes podrían estar escondidos tras la etiqueta de “empleado ideal”: producir mucho, criticar poco, asumir más. Si bien esa actitud puede parecer encomiable, sin un marco de reciprocidad y límites puede acabar siendo una trampa silenciosa de sobrecarga, estrés y falta de oportunidades.
