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Soraya Toro, tanatopractora, sobre cómo afrontamos la muerte: “Un niño sí que debería ir a un tanatorio si fallece un ser querido”

Muerte 

La experta en tanatopraxia analiza por qué en España se vive de espaldas a la muerte y defiende la importancia de incluir a los niños en el proceso de despedida.

La tanatopractora sostiene que en España se ha perdido la naturalidad con la que antaño se vivía la muerte

Cadena Cope

La muerte forma parte de todas las culturas, pero cada sociedad la afronta de forma distinta. Algunas la celebran, otras la integran en su día a día y otras, como sucede en gran parte de España, prefieren evitarla, ocultarla o vivirla en la más estricta intimidad. En un país donde hablar de sufrimiento sigue siendo un tabú social, comprender la forma en que gestionamos la despedida de un ser querido se vuelve imprescindible para mejorar nuestra salud emocional.

Para reflexionar sobre este tema, la tanatopractora Soraya Toro conversó recientemente con Alberto Herrera en COPE y ofreció un punto de vista directo y necesario sobre cómo experimentamos la muerte hoy en día.

“La tanatopraxia es una de las profesiones más humanas”

Toro explica que su labor va mucho más allá de los cuidados técnicos que recibe un cuerpo tras el fallecimiento.

Tanopraxia

xavier cervera vallve

“La tanatopraxia es muchas cosas a la vez. Es una de las profesiones más bonitas que existen porque es muy humana”, afirma. Su trabajo se basa en una combinación de empatía y serenidad: “Nos ponemos en la piel de la persona que acaba de perder a su ser querido y mantenemos la tranquilidad necesaria para gestionar algo que esa persona no podrá manejar por sí misma”.

En un momento tan delicado como la pérdida, su papel implica sostener emocionalmente a quienes atraviesan un duelo y no tienen la capacidad, ni la claridad, de gestionar lo práctico.

Tanopraxia

Ana Jiménez / Propias

Vivir de espaldas al sufrimiento. La tanatopractora sostiene que en España se ha perdido la naturalidad con la que antaño se vivía la muerte: “Desde que la sanidad avanzó, nos alejó de algo que antiguamente se vivía en tu propia casa”, explica.

Según ella, hemos desarrollado una tendencia casi automática a evitar cualquier contacto con el sufrimiento: “Huimos de todo tipo de dolor… Yo creo que eso lo estamos haciendo mal. El dolor se tiene que vivir y se tiene que transitar”.

Su reflexión coincide con investigaciones en psicología del duelo que apuntan a que evitar el contacto emocional con la pérdida puede traducirse en duelos patológicos o bloqueados a largo plazo.

El tanatorio de Sancho de Ávila está ubicado en el barrio del Poblenou

LUCIA MELER_LOS MELEZ

¿Deben los niños acudir al tanatorio? 

Uno de los puntos más contundentes de su intervención llegó cuando se le preguntó si los niños deberían estar presentes en un tanatorio cuando fallece un familiar cercano. Su respuesta no deja lugar a dudas: “Yo creo que sin duda sí”.

La experta afirma que ocultar la muerte a los pequeños puede generar consecuencias emocionales profundas: “Hay muchos traumas por esconder a un pequeño que su abuelito no va a volver más”. El error más habitual, señala, es inventar explicaciones fantasiosas: “El abuelo se ha ido a París”.

Para un niño, esa frase no es un consuelo: es una espera eterna. “Ese niño se queda esperando que su abuelo vuelva. Y eso se queda en su consciente y subconsciente”, advierte.

Las mentiras piadosas pueden parecer protectoras, pero en realidad impiden que los menores procesen la pérdida con claridad y seguridad.

Normalizar la muerte para aprender a vivir mejor. El mensaje de Soraya Toro coincide con el de muchos expertos en duelo: la muerte debe poder nombrarse, vivirse y entenderse desde edades tempranas. Integrar su existencia, en lugar de esconderla, ayuda a desarrollar recursos emocionales más sanos para la adultez.