Muchos cuidadores de gatos se han preguntado alguna vez si sus felinos se sienten tristes por no salir a la calle o si, por el contrario, prefieren quedarse en casa. Según el veterinario y etólogo Jaume Fatjó, la respuesta no es tan simple, pero sí hay un aspecto clave: “Si tú abres la puerta, la inmensa mayoría les gusta salir”.
Eso sí, el especialista advierte que permitir que un gato salga al exterior conlleva riesgos, por lo que, si vive en un espacio cerrado, es fundamental “que ese territorio tenga mucho valor, que sea muy entretenido”.

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El problema de la correa en gatos
Una de las opciones que muchos cuidadores contemplan es sacar al gato con correa. Sin embargo, Fatjó alerta de que esta práctica puede generar problemas de comportamiento: “Uno de los elementos más importantes de la conducta es el sentido de agencia. Quiere decir que el animal puede decidir lo que hace en cada momento”.

Gato con correa
Cuando un gato se mueve libremente, puede alejarse si percibe algo que le incomoda, como la presencia de otro felino. Con la correa, esa libertad de decisión desaparece. “Esto, para muchos gatos, puede ser un problema importante”, señala el experto.
De hecho, asegura que ha visto casos concretos de felinos que desarrollaron problemas de agresión relacionados directamente con las salidas con correa.

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Alternativas para enriquecer su vida sin riesgos. El etólogo subraya que no es imprescindible sacar a los gatos a la calle para que estén felices. Lo importante es ofrecerles un entorno seguro y estimulante dentro de casa: rascadores, zonas en altura, escondites, juguetes interactivos y rutinas de juego que simulen la caza.
En definitiva, lo que más valora un gato no es el tamaño de su territorio, sino la calidad del mismo y su capacidad para explorar y tomar decisiones por sí mismo.