El experto en Inteligencia Artificial, Marketing Digital y Analítica Web, Arcadi Mayor (@arcadim), ha lanzado una advertencia que ha generado un fuerte impacto en redes: “Cuidado con lo que le dices a ChatGPT porque a partir de ahora lo guardará todo, aunque lo borres”. En uno de sus vídeos más virales en TikTok, Mayor explica las implicaciones legales y éticas de una decisión judicial que ha obligado a OpenAI a conservar todas las conversaciones generadas en ChatGPT y su API, incluso las que los usuarios han eliminado manualmente o mantenían como temporales.
La orden proviene de un tribunal federal de Estados Unidos y está directamente relacionada con la demanda presentada por The New York Times, que acusa a OpenAI de haber utilizado contenido protegido por derechos de autor para entrenar sus modelos. La medida fue emitida el 13 de mayo de 2025 y busca garantizar que no se destruyan posibles pruebas durante el proceso judicial.
La nueva realidad del uso de ChatGPT
Nada se borra. Arcadi Mayor explica que esta obligación afecta a todas las cuentas, tanto gratuitas como de pago —incluyendo los planes Plus, Pro y Team— y a quienes usen la API sin un acuerdo específico de retención cero. Solo los clientes empresariales e instituciones educativas con contratos propios quedan exentos de esta medida.
Un hombre utilizando ChatGPT
“Esto significa que, aunque tú elimines manualmente una conversación, aunque uses el modo temporal, esos datos no se borran. A partir de ahora, quedarán almacenados indefinidamente”, afirma Mayor con preocupación.
Privacidad en entredicho: ¿qué pasa con el derecho al olvido? Uno de los puntos más polémicos de esta situación es el posible conflicto con legislaciones internacionales como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en Europa, que contempla el “derecho al olvido”. Tal como advierte Mayor, este principio “queda en entredicho” si OpenAI debe conservar todos los datos, incluso aquellos que un usuario desea eliminar.
Captura de vídeo
Aunque la compañía ha recurrido la decisión, por el momento la orden sigue vigente y debe cumplirse. OpenAI ha indicado que solo un grupo muy reducido de su equipo legal y de seguridad puede acceder a estas conversaciones, y siempre bajo autorización específica. Sin embargo, las dudas sobre la protección efectiva de los datos persisten.
Niña utiliza Chat GPT
¿Estamos compartiendo demasiado con las IA?
Mayor alerta sobre la diferencia entre lo que decimos en redes sociales y lo que compartimos en herramientas como ChatGPT. “Mucha gente está empezando a compartir pensamientos íntimos, problemas personales, información financiera o incluso datos estratégicos de empresas”, señala. Este tipo de interacción —por su naturaleza privada y detallada— requiere, según él, una protección de datos más estricta y transparente.
El especialista concluye con una pregunta inquietante pero necesaria: “¿Cuánta información estamos realmente dispuestos a ceder a cambio de los servicios que nos ofrecen las herramientas de inteligencia artificial?”. La respuesta, apunta, no solo compete a los usuarios, sino a las plataformas que deben establecer políticas claras, respetuosas y legalmente sólidas.
