Marruecos, conocido por su riqueza cultural, mercados vibrantes y hospitalidad, es uno de los destinos favoritos de los turistas españoles. Sin embargo, las diferencias culturales y sociales pueden dar lugar a experiencias incómodas, especialmente para las mujeres.
Sara Ardi, una viajera española que explora las calles de Marruecos, ha compartido en redes sociales un ejemplo de las situaciones que ha enfrentado, incluyendo comentarios invasivos y preguntas inusuales como: “¿Cuántos camellos por ti?”.
La experiencia de Sara Ardi
Vídeo viral. Sara mostró su experiencia caminando por una concurrida plaza marroquí mientras llevaba puesto un hijab, una prenda común en la región que cubre el cabello. Su intención inicial era mezclarse más con la cultura local y, quizás, evitar miradas curiosas o comentarios indeseados. Sin embargo, su experiencia fue totalmente distinta a lo que esperaba.
Captura de vídeo
“Solo llevo unos minutos aquí y ya me han gritado tantas cosas que no sé ni por dónde empezar”, explica la joven en el vídeo. Sara compartió que, a pesar de vestir de manera respetuosa y acorde a las costumbres locales, recibió una constante atención no solicitada. Desde halagos exagerados hasta comentarios en diferentes idiomas, los intentos de captar su atención no cesaron.
“¿Cuántos camellos por ti?” Entre las frases que le lanzaron, destaca una que resalta por su tono humorístico pero intrusivo: “¿Cuántos camellos por ti?”. La española, riéndose para no darle demasiada importancia al momento, respondió de manera sarcástica: “Imposible comprarme”.
Aunque Sara asegura que su intención no es criticar a Marruecos ni a sus habitantes, señala que esta situación puede ser desconcertante para quienes no están acostumbrados a este tipo de interacciones. “Es un gran choque cultural. Sorprende mucho, pero a veces no sabes cómo reaccionar”, confesó.
Durante su paseo. Sara recibió comentarios en español, inglés, francés e incluso en euskera. “Es un gran método de ventas, pero sigue siendo algo muy sorprendente”, explicó. Mientras se detenía en un puesto de bebidas, Sara señaló cómo los vendedores intentaban atraer su atención, algunos de forma respetuosa, pero otros con gritos y frases repetitivas. Esta experiencia, aunque molesta para ella, refleja un fenómeno común en mercados y zonas turísticas del país.
Captura de vídeo
Reacciones. El testimonio de Sara ha generado debate en redes sociales, donde muchas mujeres compartieron experiencias similares en sus viajes a Marruecos u otros destinos internacionales. Mientras algunas destacan la necesidad de respetar las costumbres locales y comprender las diferencias culturales, otras subrayan la importancia de abordar el acoso callejero, sin importar el contexto o el país.
Sara, por su parte, insiste en que Marruecos es un país hermoso y que su experiencia no debe desanimar a los turistas.
Vía @sara_ardi


