La abuela Anna, o Nonna Anna, como la conocen en el pueblo de Nebbiuno, en el norte de Italia, es la camarera más anciana de ese país europeo y desde hace 65 años acude a trabajar todos los días, incluso los fines de semana y festivos.
Anna Possi, de 100 años, es dueña de su propia cafetería, llamada Bar Centrale, y los 365 días del año la abre a las 7 de la mañana, trabajando 12 horas diarias, informa RT.
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Compró la cafetería con su marido a fines de los años 50 y trabaja en ella desde entonces
“Cuando yo me vaya, mi bar también se irá”
Dedicación. Compró la cafetería con su marido y trabaja en ella desde entonces, aunque se jubiló en 1984. “Pero, ¿por qué iba a dejarlo? Para mí, mi bar es mucho más que un trabajo. Es mi vida”, cuenta.
Una vida en el bar. “La gente también quiere tomar café en Navidad”; así explica Anna el hecho de haber trabajado sin vacaciones durante tantos años. Gana poco con su cafetería, donde un café cuesta 1,20 euros, pero afirma que no necesita mucho dinero.
Nueva realidad. “Lo importante es que estoy rodeada de gente. Entonces me siento bien”, asegura, y añade que antes la gente se sentaba fuera de su café a hablar y jugar a las cartas, pero ahora “todo el mundo está mirando el móvil”, afirma con un punto de tristeza.
Salud y futuro. Nonna Anna dice que está bien de salud. No necesita gafas, pero sí un audífono. “Mi cabeza sigue sana y mis huesos también”, señala, agregando que solo toma media pastilla al día para la hipertensión. Preguntada sobre el futuro de su cafetería, responde: “Cuando yo me vaya, mi bar también se irá”, termina diciendo.