Una española que vive en París rompe con el mito más extendido sobre los parisinos: “Mirad lo que me han dejado en la puerta de casa”

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Andrea volvió a casa y se encontró una sorpresa que había preparado su vecina francesa

Andrea enseñando lo que se había encontrado en la alfombrilla de casa

Andrea enseñando lo que se había encontrado en la alfombrilla de casa

@andrea.lavio /TikTok

En muchas culturas circula la idea de que los franceses, especialmente en ciudades como París, son fríos, serios o poco amistosos. Pero como ocurre con cualquier generalización, es importante cuestionar hasta qué punto estas percepciones reflejan la realidad o simplemente responden a diferencias culturales y malentendidos.

Andrea es una joven española que vive en París. En uno de los últimos vídeos que ha publicado en su canal de TikTok ha mostrado lo que su vecina le había dejado en su puerta, a modo de detalle: “Demostrando que los franceses también son simpáticos”, empieza diciendo.

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Getty Images

Su vecina francesa quiso tener un detalle muy especial

Sorpresa. Andrea cuenta que al intentar entrar en su casa, encontró una bolsa en el suelo. Después de abrirla comprobó que eran dos Pain au chocolat que le había dejado su vecina: “Es tan mona. Seguro que los ha dejado en la puerta para que tenga desayuno mañana”, comenta.

París

París

Getty Images

Fama. La joven reconoce que esa misma mañana estaba pensando que los parisinos eran maleducados en el metro: “Hablo de París porque yo vivo en París. Entonces hablo de lo que veo todos los días en la ciudad en la que vivo. Pero también son muy simpáticos y muy monos, aquí está el ejemplo”, reflexiona.

Bandera de Francia.

Bandera de Francia.

SADAK SOUICI / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO / Europa Press

Regalo trampa. Pese a estar agradecida con el regalo, Andrea lamenta con una sonrisa que le haya regalado dos napolitanas justo en el momento que ha regresado a casa después de haber salido a correr: “Bueno, están más que merecidas. Huelen riquísimo”, termina diciendo.

Reflexión. Los estereotipos nacen cuando interpretamos lo ajeno desde nuestros propios códigos. Y en ese juicio rápido, olvidamos que cada cultura tiene su ritmo, su lenguaje emocional y sus propias formas de mostrar cercanía.

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