Durante años, el ejercicio cardiovascular ha sido sinónimo de salud. Correr, nadar, montar en bicicleta o caminar a paso rápido se recomiendan como prácticas clave para mantener el corazón fuerte y el peso a raya. Pero hoy, cada vez más expertos advierten sobre un fenómeno que desafía esta creencia: hacer solo cardio y descuidar otras formas de entrenamiento podría estar acelerando el envejecimiento biológico.
El doctor Alexandre Olmos, a través de su cuenta de Instagram, ha explicado por qué dedicar nuestro tiempo a entrenar únicamente cardio, puede ser perjudicial para nuestra salud.

Una chica corriendo en una cinta
“Lo que estaba haciendo para cuidarse en realidad le estaba destruyendo por dentro”
Experiencia personal. El experto habla del caso de una paciente que corría maratones como forma de estar joven, pero cada año se sentía con menos fuerza, más delgada y más envejecida: “Lo que estaba haciendo para cuidarse en realidad le estaba destruyendo por dentro. Cuando abusas del cardio extremos sin hacer ejercicios de fuerza tu cuerpo pierde masa muscular y hasta la grasa que realmente necesitas”, empieza diciendo.
Afectación en la producción hormonal. Olmos afirma que practicar solo cardio hace que en hombres bajen los niveles de testosterona y en las mujeres de estradiol.

Gente practicando cardio en el gimnasio
¿En qué puede afectar? El doctor explica que, practicando solo cardio provocamos que nos cueste generar músculo, nuestros huesos pierden protección y la piel pierde soporte: “Si se te cae la cara literalmente, no es que el cardio sea malo, es que sin fuerza te vas apagando poco a poco”, termina diciendo. El exceso de cardio sin una recuperación adecuada puede elevar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo cual impacta directamente en el sistema inmunológico y acelera procesos inflamatorios, ambos relacionados con el envejecimiento celular.
Reflexión. Moverse es vital, pero hacerlo de forma equilibrada lo es aún más. Combinar cardio con fuerza, movilidad y descanso no solo alarga la vida útil del cuerpo, sino también su calidad. En tiempos donde la longevidad se valora tanto como la estética, diversificar el entrenamiento no es una opción: es una necesidad.