Las relaciones de pareja no siempre se rompen por grandes traiciones o dramas visibles. Muchas veces, lo que las erosiona es algo más sutil, más cotidiano: una dinámica en la que uno exige constantemente, sin detenerse a pensar si está dando lo mismo que espera recibir. Sobre esta idea ha reflexionado recientemente el psicólogo Adrián Chico en uno de sus vídeos de TikTok que acumula miles de visualizaciones.
Exigencias desequilibradas en las relaciones
“Cuánta gente vive exigiéndole cosas a su pareja que ellos mismos no están ofreciendo”, empieza diciendo Chico con tono firme. Para el psicólogo, es muy común caer en una visión egoísta del vínculo, centrada únicamente en lo que falta: “En lo que tú no me das, en lo que te falta, en lo que podrías mejorar…”.

Captura de vídeo
El experto señala que muchas personas viven con la creencia de que merecen cierto tipo de amor o trato sin preguntarse si están siendo justos o recíprocos con su pareja. “No me paro a pensar en si yo estoy cubriendo tus necesidades, si tú te sientes querido, valorado, deseado, amado”, añade.
El error de poner el foco solo en las carencias. Uno de los puntos más potentes de su reflexión es la crítica a una visión idealizada del amor, influida por los cuentos y las películas: “Como yo he visto que las pelis de Disney tienen un final feliz y he soñado con que me quieran de determinada manera, tú no me las estás ofreciendo, así que tú tienes que cambiar”.

Una pareja discutiendo
El problema, según explica Chico, es que esto genera una frustración constante. Porque, como él recuerda, “no podemos controlar lo que los demás nos dan o nos dejan de dar”.
El poder de dar antes que exigir
Lejos de plantear que uno deba conformarse, el psicólogo propone un enfoque más consciente: mirar hacia dentro. “Tiene sentido pensar que si yo ofrezco cosas increíbles —seguridad, amor, cariño—, alguien que valore eso también se acercará y me lo devolverá”, afirma.

Una pareja baila cogidos de la mano
Para Chico, la reciprocidad emocional no nace de la exigencia, sino del ejemplo. “El problema es cuando solo miro a las carencias que tengo y no lo que yo mismo estoy ofreciendo”.
Mirada de insuficiencia = relación frustrada. El vídeo concluye con una advertencia importante: cuando enfocamos nuestra mirada solo en lo que le falta al otro, nos estamos condenando al desgaste emocional. “Si yo en el otro pongo una mirada de insuficiencia, lo único que voy a recibir es frustración”, sentencia.