Cada vez más expertos alertan sobre el fenómeno conocido como “sharenting”, término que fusiona las palabras share (compartir) y parenting (crianza), para describir la práctica de madres y padres que publican imágenes y videos de sus hijos en redes sociales. Aunque parece inofensivo, esta exposición temprana conlleva riesgos reales y, en algunos casos, irreversibles.
La criminóloga y experta en ciberseguridad María Aperador pide activamente que padres y familiares de niños pequeños no compartan absolutamente nada en las redes sociales, por los riesgos que puede tener esta práctica.

Hacker accediendo a datos indeseados
“La huella digital nunca se borra y una foto que hayamos subido va a quedar ahí para siempre”
Un peligro real. María advierte de la existencia de grupos en redes, donde se comparten fotografías de menores: “Telegram es una plataforma en la que hay muchísimos grupos de hombres que difunden imágenes, que pasan contenido de menores y ese contenido lo consiguen a través de los perfiles que de los padres que suben la típica foto en la piscina”, señala.
Pixelar o tapar los ojos no sirve de nada. La experta en ciberseguridad cuenta que las nuevas herramientas de inteligencia artificial solamente necesitan el cuerpo para poder crear imágenes y difundirlas por los canales de Telegram: “Pixelar puede ser un parche, pero no es una solución”, advierte.

Hacker utilizando un ordenador portátil
¿Qué pasa si tengo una cuenta privada? María responde manera tajante a esta cuestión que cuestionan algunos de los usuarios en sus redes: “Aquí lo único que os debo decir es que tengáis mucho cuidado a quien agregáis a esa cuenta, porque por muy privada que la tengáis, si luego aceptáis a personas que no conocéis, pues es lo mismo que tenerla pública. Además, recordad que la huella digital nunca se borra y que una foto que hayamos subido va a quedar ahí para siempre, así que no creo que sea necesario tampoco”, comenta.
¿Y las fotos de una sola reproducción de Whatsapp? Puede parecer una opción segura pero Aperador nos recuerda que cualquiera podría hacer una captura de pantalla indeseada, o hacer una fotografía a la pantalla con otro dispositivo.
Reflexión. Ser padres responsables en la era digital implica poner límites también en el mundo virtual, proteger la privacidad de nuestros hijos como protegemos su salud, su educación o su seguridad física.