No hablan, no gesticulan como los perros, ni buscan nuestra atención con saltos o ladridos. Pero los gatos tienen su propio lenguaje, sutil y profundo. Entre sus formas más expresivas, los ojos ocupan un lugar privilegiado: ventanas no solo a su alma felina, sino también a su estado emocional.
Paula Calvo es antrozoóloga y en una de sus últimas publicaciones ha reflexionado sobre la manera en la que los gatos nos dicen con la mirada cómo se sienten: “Tienen una manera única de comunicarse con nosotros”, empieza diciendo.
Un gato mirando a cámara
El significado de las distintas miradas de tu gato
Mirada fija. Si te mira fijamente con el cuerpo relajado, entonces es que le interesa mucho lo que estás haciendo y/o te está mostrando afecto. Si tu gato te mira fijamente, ¡es un signo de afecto! Está mostrándote su confianza y su vínculo emocional contigo.
Parpadeo lento. Cuando tu gato te da un parpadeo lento, es como un beso en forma de mirada. Es una muestra de cariño y afecto.
Un gato sobre un rascador
Ojos dilatados. Si sus ojos están dilatados, puede ser señal de excitación o nerviosismo. Es importante observar el contexto para saber si está emocionado o si necesita espacio.
La mirada de un gato
La importancia de aprender a leer la mirada. La verdadera conversación con un gato ocurre en silencio, y sus ojos son, quizás, su forma más honesta de comunicarse: “Aprender a leer la mirada de un gato no es solo una habilidad útil para quienes conviven con felinos: es una lección de empatía y observación. Los gatos usan sus ojos para comunicarse con nosotros de formas que a veces no entendemos, pero cuando aprendes a leer su mirada, puedes comprender mejor sus emociones y necesidades”, termina diciendo Paula. Comprender la mirada de un gato es entrar en su mundo sin romperlo. Y en ese cruce de pupilas, si se da, ocurre algo raro y precioso: la confianza, tan difícil de ganar, tan fácil de perder.

