La decisión de Cataluña de avanzar hacia la prohibición del uso de teléfonos móviles en las escuelas ha reavivado un debate tan pedagógico como social: ¿son los dispositivos una herramienta educativa o una fuente de distracción, desigualdad y dependencia? El Departament d’Educació propone limitar su uso hasta los 16 años, apelando al bienestar del alumnado, la mejora del rendimiento académico y la reducción del aislamiento digital. Sin embargo, prohibir no equivale a educar.
Jaume Funes es un reconocido psicólogo, educador y periodista especializado en adolescencia y problemáticas juveniles. En unas recientes declaraciones en el programa 'La Selva' de 3cat, ha reflexionado sobre la prohibición total de los móviles en las escuelas: “Prohibir las pantallas en las escuelas no es la solución”, empieza diciendo.

Cada vez hay más niños con móvil.
“Tenemos un problema de distancia entre el mundo adolescente y el mundo oficial del aprendizaje”
Chivo expiatorio. Funes defiende que prohibir el móvil tranquiliza a los padres y evita problemas a las escuelas. Sostiene que los móviles se han convertido en el culpable de todos los males, y advierte del riesgo de centrarse en el objeto en lugar de preguntar cómo podríamos educar en un mundo digital.

Casi la mitad de los niños de entre 8 y 11 años de Barcelona tienen móvil
Difícil aceptación por parte del alumno. El experto reflexiona sobre lo que sienten los alumnos cuando se les prohíbe utilizar el teléfono en la escuela: “Ya es difícil justificar por qué tiene que ir a la escuela y traslada su felicidad de aprender con un artilugio que está fuera de la escuela. El problema se agrava cuando en clase lo único que hace es estudiar PDFs en una pantalla. Tenemos un problema de distancia entre el mundo adolescente y el mundo oficial del aprendizaje”, explica.

Niños utilizando el teléfono móvil
El foco debe ponerse en el pensamiento. Funes critica que lo relevante no es el móvil, sino si los estudiantes desarrollan capacidades como “saber pensar”, hacer las preguntas correctas o cuestionar la información. Enseñar a pensar debe estar por delante de regular aparatos .
Reflexión. La línea de reflexión de Jaume Funes sobre la prohibición de móviles en la escuela es contundente y pedagógica: no bastan restricciones formales, sino que es fundamental aprender a usar críticamente la tecnología. El smartphone no es el enemigo, sino un espejo del desafío educativo de este siglo. Responder con prohibiciones puede calmar desafíos inmediatos, pero no prepara a las nuevas generaciones para vivir, pensar y convivir en un mundo plenamente digital.