cada vez más personas se ven atrapadas en un fenómeno tan común como silencioso: el bucle de pensamientos autodestructivos. Una espiral mental que, sin necesidad de barrotes ni candados, encierra al individuo en una celda de inseguridad, culpa y miedo. Romper esta cadena no es tarea sencilla.
El psiquiatra Daniel Amen, en el podcast de 'The Diary of ha CEO' ha compartido los mejores consejos para lograr controlar la mente cuando sentimos que todo se tambalea: “Frenar los pensamientos negativos no es difícil, pero hay que convertirlo en un hábito”, empieza diciendo.

Los pensamientos negativos automáticos son como hormigas, te invaden, se multiplican y te atacan
Cada pensamiento tiene una consecuencia física inmediata. Cuando tienes un pensamiento triste, tu cerebro libera un conjunto de químicos que te hacen sentir mal: “Tus manos se enfrían, sudan, tu respiración se acelera y los músculos se tensan”, explica. En cambio, cuando tenemos un pensamiento positivo nuestras manos se calientan, se secan, la respiración se estabiliza y el corazón late de manera más sana.

Con la depresión crecen los pensamientos negativos
Romper el ciclo de pensamientos negativos con el ejercicio de las 5 preguntas
Amen propone una rutina mental fácil de seguir por cada uno de nosotros: “Cada vez que te sientas triste, enfadado o fuera de control, escribe lo que estás pensando y luego respóndete estas cinco preguntas:
- ¿Es cierto?
- ¿Es absolutamente cierto?
- ¿Cómo me siento cuando tengo este pensamiento?
- ¿Cómo actúo cuando tengo este pensamiento?
- ¿Cuál es el resultado de tener este pensamiento?

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El siguiente paso es añadir tres preguntas más que servirán como contraste:
- ¿Cómo me sentiría sin este pensamiento?
- ¿Cómo actuaría sin este pensamiento?
- ¿Cuál sería el resultado de no tener este pensamiento?
Paso final. El experto señala la importancia de invertir el pensamiento negativo para comprobar si lo opuesto puede ser igualmente cierto: “Si pienso: 'Tana nunca me escucha' - Tana es mi esposa-, pruebo a decir 'Tana sí me escucha', y me pregunto si eso también es verdad. Muchas veces lo es”, indica. Gracias a este ejercicio conseguiremos dejar de ser víctima de los propios pensamientos: “Muchos de mis pacientes viven atrapados en su mente hasta que hacen este trabajo. Les digo: escribe tus 100 peores pensamientos, aplícales este proceso, y para cuando llegues al número 30, habrán dejado de molestarte”, recomienda.
Cambio. El impacto de esta práctica no es solo emocional: modifica el cerebro físicamente: “Ser un pensador negativo o positivo de forma repetida cambia la forma de tu cerebro”, termina diciendo.