En el imaginario colectivo persiste la idea de que un buen padre o madre debe ser un modelo sin fisuras: siempre fuerte, siempre paciente, siempre con la respuesta correcta. Sin embargo, cada vez más psicólogos y educadores familiares coinciden en que ese empeño por parecer perfecto frente a los hijos no solo es insostenible, sino que puede resultar perjudicial para su desarrollo emocional.
Carola Salgado Madrazo es psicóloga sanitaria y en una de sus últimas publicaciones en TikTok ha recordado a todos los padres que pueden y deberían mostrarse imperfectos ante sus hijos: “Intentar parecer perfecto delante de tus hijos no te está ayudando. Ser real con ellos conecta más que fingir que todo esta bien”, empieza diciendo.
La importancia de saberse regular y pedir perdón
Una madre charlando con su hija
Antiguas creencias. Durante años nos enseñaron que un buen padre no se equivoca pero hoy sabemos que mostrar emociones y pedir perdón enseña mucho más que parecer perfecto: “Tus hijos no necesitan que nunca falles, necesitan verte fallar y también ver cómo solucionas ese problema”, afirma Carola.
Padres hablando con sus hijos
Mensaje perjudicial. Mostrar únicamente la versión idealizada de uno mismo, sin errores, sin dudas, sin momentos de flaqueza, transmite a los más pequeños un mensaje implícito: que equivocarse es inaceptable. Esto no solo eleva de forma silenciosa sus propias exigencias de perfección, sino que dificulta que aprendan a gestionar la frustración, la culpa o el miedo al error.
Los beneficios de mostrarte de manera imperfecta. Si tus hijos ven como te regulas y pides perdón, aprenderán a hacer lo mismo: “Eso es educar de verdad”, termina diciendo. Lejos de debilitar la autoridad, reconocer ante los hijos que a veces nos equivocamos o que no sabemos qué hacer enseña algo mucho más valioso: que la vulnerabilidad forma parte de la experiencia humana. Que la fortaleza real no reside en no fallar nunca, sino en saber pedir disculpas, buscar soluciones y seguir adelante.

