El protocolo a la hora de comer sopa puede parecer un detalle menor, pero en realidad refleja tanto normas de etiqueta como hábitos culturales que sobreviven al paso del tiempo. Más allá de la rigidez del protocolo, estas pautas cumplen una función social: favorecer la armonía en la mesa y garantizar que la comida se convierta en un espacio de convivencia agradable.
María José Gómez es especialista en protocolo y en uno de sus últimos vídeos ha hablado de los tres comportamientos que deberíamos evitar a la hora de comer sopa.
Sopa de patata y puerro
Tres errores que deberíamos evitar cuando tomamos sopa
Movimiento. La experta explica que si la sopa está muy caliente hay que evitar moverla haciendo zigzag o soplar el contenido: “Lo mejor en estos casos es los anfitriones la sirvan en la temperatura justa. Si está muy caliente solamente tenemos que esperar y dar conversación a la gente que tenemos a nuestro alrededor”, comenta.
Sopa de Miso
Dirección. No deberías comer la sopa dirigiéndola hacia nosotros. La sopa se come desde nosotros hacia el exterior y tocando ligeramente la barriguita de la cuchara con el borde del plato: “De esta forma eliminaremos las gotitas que quedan”, recomienda María José.
Plato humeante de sopa
No hagas ruido. La sopa debe absorberse ligeramente pero sin hacer un sonido excesivo y molesto: “Cero ruidos en etiqueta, por favor. Por lo tanto, para hacerlo se tiene que añadir una pequeña cantidad de sopa dentro de la cuchara y luego, ligeramente, la vamos a volcar dentro de nuestra boca sin hacer ningún tipo de absorción”, termina diciendo.
La etiqueta no es un lujo, sino un arte. Lejos de ser un conjunto rígido de reglas reservadas a la alta sociedad, la etiqueta se entiende hoy como un lenguaje universal que facilita la convivencia y proyecta respeto hacia los demás. En palabras de especialistas en protocolo, se trata de una herramienta social que no excluye, sino que integra, porque marca pautas de cortesía que permiten desenvolverse con naturalidad en cualquier contexto.

