Borja Bandera, nutricionista: “Pregúntate si te comerías un trozo de brócoli hervido, si quieres diferencias entre tener antojo o hambre real”

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Reconocer cuándo el cuerpo necesita energía y cuándo solo busca placer es clave para cuidar la alimentación

Imagen de un plato de brócoli

Imagen de un plato de brócoli

@BorjaBandera / YouTube

Diferenciar entre la necesidad física y el deseo emocional de comer es clave para una alimentación consciente. Muchas veces comemos por estrés, aburrimiento o rutina, y no por verdadera hambre. Escuchar al cuerpo, identificar señales de saciedad y optar por alimentos nutritivos puede marcar la diferencia en la salud y el bienestar. Comer no siempre satisface el cuerpo; a veces solo calma un impulso pasajero.

Borja Bandera es médico y divulgador especializado en nutrición. En una de sus últimas intervenciones ha revelado un truco sencillo para diferenciar si tenemos hambre de verdad o ganas de un antojo: ¿Te comerías un trozo de brócoli hervido? Si la respuesta es sí lo más seguro es que tengas hambre de verdad.

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Tres tipos de hambre 

  • Hambre fisiológica. Es la que nos impulsa a ingerir energía y nutrientes esenciales para sobrevivir.
  • Hambre hedónica. Se activa cuando, a pesar de estar saciados, seguimos teniendo hueco para un postre o un snack salado. 
  • Hambre emocional. Se relaciona con el estado de ánimo y nos empuja a recurrir a la comida como vía rápida para calmar la ansiedad, el estrés o la tristeza. 
Brócoli

Brócoli

Getty Images/iStockphoto

Cuando aparece el hambre, todo se vuelve secundario. El experto afirma que mantener una dieta restrictiva es extremadamente difícil si no se aprende a gestionar la saciedad. 

No hace falta ponerse a contar calorías de manera estricta. Basta con introducir en la dieta alimentos más saciantes que, de manera natural, nos hagan comer menos: “El déficit energético es el fin para perder grasa, pero el medio debe ser la gestión del hambre”, explica. 

La clave es reconocer qué alimentos ayudan a prolongar la saciedad y cuáles la sabotean. Borja recomienda especialmente las verduras fibrosas, las legumbres, las patatas y los pescados blancos. En el lado contrario tenemos la bollería industrial, los snacks salados y las mezclas de grasa y azúcar.

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