Álvaro Fernández, farmacéutico: “Mucha gente todavía piensa que estar moreno es sinónimo de salud pero es un mecanismo de defensa que activa nuestra piel ante una agresión”

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Una joven bronceándose al sol

Una joven bronceándose al sol

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El deseo de lucir moreno sigue pesando más que la conciencia sobre los riesgos que implica para la salud. La ciencia demuestra que la exposición prolongada al sol sin protección daña la piel, acelera el envejecimiento y aumenta de forma considerable el riesgo de cáncer cutáneo. El bronceado puede ser pasajero, pero las consecuencias de ignorar el peligro son permanentes.

El farmacéutico Álvaro Fernández ha reflexionado sobre ello en uno de los videos más recientes de su canal de TikTok: “El bronceado no es piel sana, es una piel dañada”, empieza diciendo. 

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Bronceado

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“La piel sana no siempre es la más morena, sino la que está mejor cuidada”

Reacción. Fernández explica que el bronceado es un mecanismo de defensa que activa nuestra piel ante una agresión, en este caso la de la radiación solar: “Cuando nos exponemos al sol, la radiación ultravioleta agrede nuestras células. Y la melanina, ese pigmento que nos da color, se activa como mecanismo de defensa para proteger el ADN”, comenta.

Ningún bronceado es saludable. La exposición excesiva al sol es una de las causas principales del envejecimiento de la piel, de la aparición de arrugas y manchas. Ese tono dorado que muchos consideran estético es, en realidad, una señal de que la piel ha sufrido estrés y microlesiones.

Pareja tomando el sol

Pareja tomando el sol

Getty Images/iStockphoto

Podemos tomar el sol, pero con precaución. El experto recuerda que la exposición al sol es imprescindible para tener unos niveles adecuados de Vitamina D.

La clave está en el equilibrio. Tomar el sol durante diez minutos al día es más que suficiente. Siempre deberíamos hacerlo con precaución, con fotoprotección y evitando la exposición excesiva: “Porque la piel sana no siempre es la más morena, sino la que está mejor cuidada”, termina diciendo Álvaro Fernández.

Consejo. Tomar el sol sin conciencia ni medidas adecuadas convierte un placer en un riesgo evitable. Usar protector solar de amplio espectro, evitar las horas de máxima radiación y entender que el bronceado no es sinónimo de salud, sino de daño, son pasos imprescindibles para disfrutar del verano sin hipotecar la piel del futuro.

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