María Fernández, experta en limpieza: “Utiliza este truco infalible para conservar la fruta y mantenerla perfecta durante el verano”
HOGAR
La sandía, al cortarse, pierde parte de su protección natural y se estropea con rapidez debido a la humedad y la exposición al aire
Un plato de sandía recién cortada
La sandía es uno de los alimentos más apetecibles en verano pero existe poco consenso a la hora de almacenarla en la cocina. En la mayoría de casas se corta en porciones pequeñas para guardarlas en un tupper o en un plato, pero pasadas unas horas termina reblandeciéndose inevitablemente.
María Fernández es una creadora de contenido que ha compartido cómo lograr que la fruta cortada se deteriore en verano: “Si cortas fruta cortada como, sandía o melón, pon papel de cocina en el fondo del tupper. Absorbe el exceso de humedad y se conserva muchos mejor”, empieza diciendo.
Media sandía
¿Cómo alargar la vida de la fruta?
Aguacate. Se trata de otro de los alimentos que muchas veces desperdiciamos. Gracias a un sencillo gesto podremos evitarlo: “Si te sobra medio aguacate, puedes hacer esto para que no se ponga negro. Solo tienes que ponerle unas gotas de limón, guardarlo en un táper cerrado y a la nevera”, explica.
Aguacate
Plátano. Para prolongar la frescura de los plátanos, María recomienda envolver el tronco del racimo con papel de aluminio. La explicación es sencilla: al cubrir el tallo, se ralentiza la liberación de etileno, el gas natural responsable de acelerar la maduración de la fruta. De esta manera, los plátanos permanecen firmes y apetecibles unos días más.
El plátano es rico en potasio
Consejo. La experta explica que la liberación de etileno en frutas como los plátanos y las manzanas acelera la maduración del resto. Por eso propone guardarlas de forma separada: “Lo ideal es guardarlas por separado y mantener el frutero lejos del sol. Y cuando estén maduras, consérvalas en la nevera”, termina diciendo.
Impacto. Cada pequeño gesto de conservación correcta no solo ahorra dinero en el bolsillo, también ayuda a reducir el impacto ambiental y ético del desperdicio alimentario. Al final, la frescura que preservamos en casa es también un compromiso con el planeta.