Jose Manuel Felices, doctor: “Orinar sentado significa vaciar mejor para la salud de los hombres y si alguna masculinidad se hiere por hacerlo, que se lo haga mirar”

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Son una gran parte de los varones los que tienen la costumbre de realizar sus necesidades de pie

Un hombre con ganas de orinar

Un hombre con ganas de orinar

Getty Images

En los últimos años, distintos estudios médicos han puesto sobre la mesa un hábito poco habitual entre los hombres en España pero común en otros países: orinar sentado. Lejos de ser únicamente una cuestión de higiene doméstica, esta práctica tiene implicaciones directas en la salud urológica.

El doctor José Manuel Felices ha hablado sobre ello en uno de los vídeos publicados en su canal de TikTok. La decisión de orinar sentado ya no responde únicamente a una preferencia personal o cultural, sino que empieza a perfilarse como una recomendación preventiva con base médica. Un pequeño gesto que podría mejorar la salud masculina de forma silenciosa pero significativa.

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Un hombre orinando

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“Lo mejor es reducir el contacto directo todo lo posible”

Prevención. El doctor Felices explica qué orinar en posición sentada favorece la expulsión de la orina y reduce los riesgos de padecer afecciones en el futuro: “Para tu salud, hacerlo sentado significa vaciar mejor. La vejiga queda con menos orina y, por tanto, el tiempo de volver a orinar es mayor. Además de que queda menos líquido redestinado y, por tanto, la probabilidad de infección disminuye”, empieza diciendo. 

Un indicador de lavabo público

Un indicador de lavabo público

Getty Images/iStockphoto

Higiene. Orinar sentado también puede ser un acto que favorece a la salud doméstica. Es frecuente que, si orinamos de pie, algunas gotas de orina puedan terminar esparcidas por el resto del cuarto de baño, llegando a elementos que utilizamos a diario para la higiene personal. Los especialistas afirman que los restos de orina pueden alcanzar objetos ubicados a un metro y medio de distancia del punto de origen. 

Excepción. Felices afirma que el único lugar donde elegiría orinar de pie son los baños públicos, al ser un foco de virus y bacterias: “Lo mejor es reducir el contacto directo todo lo posible”, termina diciendo. 

Masculinidad. Durante generaciones, orinar de pie se ha interiorizado como un símbolo de lo masculino, casi como un rito que diferencia a hombres y mujeres desde la infancia. Cambiar esa costumbre parece, en ciertos sectores, una amenaza simbólica: sentarse equivaldría a renunciar a un atributo identitario. El doctor Felices defiende que debería importar más tener una buena salud y prevenir enfermedades: “Si alguna masculinidad se hiere por hacerlo, que se lo haga mirar”, termina diciendo.

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