Saber estar en la mesa no se reduce a manejar correctamente los cubiertos o colocar la servilleta en su sitio. Es, en esencia, una forma de comunicación. La manera en que compartimos el pan, dejamos hablar al otro o aguardamos a que todos estén servidos refleja no solo cortesía, sino también nuestra capacidad de integrarnos en un entorno social. El protocolo no debería interpretarse como un conjunto rígido de normas obsoletas, sino como una herramienta que facilita la convivencia.
María José Gómez es especialista en protocolo y en uno de sus últimos vídeos ha hablado de los paso a seguir a la hora de disfrutar de un plátano cuando estamos en la mesa: “El plátano, cuando estamos en la mesa, no se come con las manos, sino utilizando los cubiertos. Además es una de las frutas más fáciles de pelar”, empieza diciendo.

Plátano verde y plátano maduro
“Se trata de la forma más elegante y sofisticada de comer un plátano cuando estamos en la mesa”
Retiramos la parte superior. La experta se refiere a ella como la cabeza del plátano. La colocaremos en la parte de los descartes de nuestro plato.
Retiramos la parte inferior. De nuevo la colocaremos en los descartes, junto con la parte superior que hemos cortado anteriormente.

Plátano
Corteza. El siguiente paso será realizar un corte fino de extremo a extremo del plátano: “Una vez que lo tenemos, retiraremos la corteza como si desvelásemos un secreto real”, afirma.
Cortes. Por último, iremos cortando el plátano trocito a trocito y disfrutando: “Se trata de la forma más elegante y sofisticada de comer un plátano cuando estamos en la mesa”, termina diciendo.
Reflexión. Más allá de la formalidad, estos gestos fomentan hábitos de higiene y cortesía que fortalecen la convivencia diaria. Así, aunque parezca un detalle mínimo, seguir un protocolo al comer un plátano es una muestra de atención, cuidado y respeto hacia uno mismo y hacia los demás en la mesa.