La libido no es solo una cuestión de deseo, sino un indicador del equilibrio físico y emocional. Su alteración puede revelar más de lo que parece: cansancio, estrés, desajustes hormonales o conflictos afectivos que, poco a poco, erosionan el bienestar general.
El doctor Alexandre Olmos, en uno de los vídeos más recientes de su canal de TikTok ha hablado de cinco alimentos que pueden ayudarnos a mejorar la libido.
Libido
Tu deseo sexual depende de mucho más que de el estado de ánimo. El experto asegura que intervienen hormonas, neurotransmisores, nutrientes y la circulación sanguínea: “Hay alimentos que contienen compuestos capaces de influir directamente en todos estos factores”, explica Olmos. Algunos ejemplos son las vitaminas del Grupo B que regulan el sistema nervioso. Los minerales como el zinc o el magnesio, esenciales para la producción hormonal. Antioxidantes que mejoran la circulación y mejoran la inflamación. También los adaptógenos, que ayudan al cuerpo a gestionar el estrés, uno de los principales enemigos de la libido.
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Alimentos que pueden mejor nuestro deseo
Maca Andina. Es una planta originaria de los Andes centrales del Perú, cultivada principalmente a más de 4.000 metros de altitud, en regiones como Junín y Pasco. Es un adaptógeno natural que regula el eje hormonal y potencia el deseo sexual de forma natural.
Chocolate. El chocolate negro, con más del 85% de pureza contiene feniletilamina y magnesio, que van a aumentar el bienestar y relajar el sistema nervioso.
Trozos de chocolate negro
Granada. Es rica en antioxidantes que favorecen la circulación sanguínea y elevan los niveles de testosterona.
Mariscos. Las ostras son altas en zinc, un mineral imprescindible para la función sexual y la fertilidad.
Aguacate. Es una fuente de grasas saludables y vitamina B6, que ayudan a mantener el equilibrio hormonal y la energía.
Señales de que la libido puede estar afectada
- Disminución del deseo sexual de forma constante, no puntual.
- Dificultad para excitarse o mantener la excitación durante el encuentro.
- Fatiga o falta de energía, incluso con buen descanso.
- Problemas de sueño o insomnio frecuentes.
- Tristeza o desmotivación, a veces vinculadas a depresión leve.
- Baja autoestima o insatisfacción con la propia imagen corporal.
- Consumo excesivo de alcohol o tabaco.
- Sedentarismo o falta de actividad física regular.
- Uso prolongado de pantallas antes de dormir, que afecta el descanso y las hormonas.
- Uso de ciertos medicamentos (antidepresivos, anticonceptivos, ansiolíticos, entre otros).
¿Cuándo deberíamos actuar? Si la falta de deseo o los cambios en la libido se mantienen durante varias semanas o afectan el bienestar emocional o la relación de pareja, conviene consultar con un profesional de la salud o un sexólogo clínico. A menudo, la libido no es el problema en sí, sino la señal de que algo más necesita atención.

