Jaime Vidal, adiestrador canino: “El juego de la pelota es peligroso para los perros por culpa del uso que le dan algunas personas”
MASCOTAS
El experto asegura que este hábito que forma parte del día a día de muchos canes puede provocar obsesión, estrés y daños en las placas de crecimiento óseo
Un perro jugando con su pelota
El simple acto de lanzar y atrapar una pelota puede convertirse en uno de los momentos más esperados del día, tanto para los perros como para sus dueños. No se trata solo de ejercicio físico; este juego fortalece el vínculo afectivo, estimula la mente del animal y ofrece a los humanos un espacio para la conexión y el disfrute compartido. Cada lanzamiento se convierte en un pequeño ritual que combina diversión, movimiento y complicidad, recordándonos que, a veces, los momentos más sencillos son los que dejan huellas más profundas en la rutina diaria.
Sin embargo una serie de malos hábitos pueden convertirlo en algo dañino para nuestro perro. Jaime Vidal es adiestrador canino y formó parte durante tres años de la Unidad Canina Protección Civil-Bomberos de Rescate y Salvamento de Martorelles (Catalunya). En una reciente publicación ha advertido de sus riesgos: “El juego de la pelota es peligroso para los perros, por culpa del uso que le dan algunas personas”, empieza diciendo.
Perro mordiendo una pelota
“Dañar estas zonas puede provocar deformaciones y favorecer la aparición prematura de artrosis en el futuro”
Advertencia. El experto explica que practicar esta actividad de manera repetida y explosiva puede provocar daños físicos y emocionales. Muchos propietarios de perros realizan este juego con el mero objetivo de cansar a sus animales. Los perros jóvenes son especialmente vulnerables, ya que su desarrollo óseo no ha terminado, y las placas de crecimiento, situadas en los extremos de sus huesos largos, permanecen como tejido blando y no calcificado: “Dañar estas zonas puede provocar deformaciones y favorecer la aparición prematura de artrosis en el futuro”, señala.
Estudio. Un estudio con Labradores Retriever entrenados para recuperar objetos mostró que al cargar un objeto en la boca durante el juego, los perros redistribuyen la carga de su cuerpo, aumentando la fuerza sobre las patas delanteras y reduciéndola en las traseras. Esto indica que el acto de recuperar, especialmente si el objeto es pesado o el juego es intenso, puede generar estrés adicional en las articulaciones delanteras, lo que a largo plazo podría contribuir a lesiones musculoesqueléticas. El hallazgo sugiere que, aunque el juego de pelota es divertido y estimulante, es importante controlar el peso de los objetos y la intensidad del juego para proteger la salud física de los perros.
Un perro jugando con su pelota
Aprende a distinguir entre juego y obsesión. En otra publicación Vidal insiste entre conocer la conducta de nuestro perro: “No tiene nada que ver que a un perro le guste la pelota, pero que cuando la guardas todo está normal y tengo un perro sin problemas y hace de perro, se relaciona con otros perros, investiga, explora y coge comida, a un perro que cuando sospecha que lleva una pelota en el bolsillo, automáticamente deja de ser un perro, no se mueve de mi lado, todo el rato está mirando la del bolsillo, todo el rato está diciendo ‘Pelota, pelota, pelota, pelota, pelota‘. Y a veces, incluso, si otro perro se acerca, muestra conductas agresivas”, afirma.
Recomendación. En palabras de Vidal, el juego de la pelota no es recomendable porque crea perros adictos, les genera estrés y podría provocar daños físicos en perros en etapas de desarrollo.
Un perro cogiendo la pelota al vuelo.
No es una actividad natural. El experto termina desmintiendo la idea de que esta actividad sea un reflejo de la conducta predatoria natural de los perros: “No es una actividad natural, por mucho que os digan, el perseguir ochocientas cincuenta veces una presa para matarla y no comérsela. Esto no lo haría ningún animal, ningún ser vivo en la naturaleza. Así que no compremos la idea de que es conducta predatoria porque no tiene nada que ver con la conducta predatoria. Los perros y todos los animales salvajes predan para comer, no para caer en una estúpida obsesión”, termina diciendo.
Reflexión. Vigilar la intensidad del juego, adaptar la frecuencia y usar pelotas seguras se vuelve fundamental para que la diversión no comprometa la salud. La clave está en equilibrar entretenimiento y seguridad, asegurando que cada lanzamiento siga siendo un momento de alegría sin poner en peligro a nuestro compañero de cuatro patas.