La emigración de jóvenes españoles hacia otros países europeos se ha convertido, en la última década, en el síntoma más visible de un mercado laboral que no termina de ofrecer estabilidad ni perspectivas de crecimiento. Ante un desempleo juvenil que sigue siendo de los más altos de la Unión Europea y una precariedad que dificulta cualquier proyecto de vida, miles de jóvenes optan por buscar fuera lo que no encuentran dentro: oportunidades reales, salarios competitivos y un horizonte profesional más sólido. El flujo migratorio ya no responde solo a la aventura o la curiosidad, sino a una necesidad estructural que plantea preguntas incómodas sobre la capacidad del país para retener talento y construir un futuro generacional sostenible.
En 2025, la tasa de paro juvenil (menores de 25 años) en España ronda el 25-26 %, muy por encima de la media europea, lo que representa cerca de 500.000 jóvenes desempleados. Además, el empleo entre jóvenes mantiene una tasa de actividad inferior a la media continental: en 2023 la tasa de empleo de jóvenes en España fue del 23,6 %, comparada con cerca del 35 % en la media de la UE.
Imagen de la bandera de Suiza con vistas a la ciudad de Ginebra
“En España trabajas para vivir, trabajas para sobrevivir”
Testimonio. Sara es una joven española de 22 años que, a través de su canal de TikTok, ha hablado de la realidad de muchos jóvenes españoles que deciden emigrar. Hace dos años decidió establecer su residencia en Suiza, en busca de condiciones laborales que le permitan asegurarse un futuro mejor.
Experiencia. La joven explica que empezó como 'au pair' con jornadas de las siete de la mañana a las seis de la tarde, por un sueldo que apenas alcanzaba los 638 euros. A día de hoy, después de salvar las dificultades del idioma, compagina dos empleos, en un supermercado y en un bar. Actualmente gana algo más de 5.300 euros: “Más de lo que gana un ingeniero en España”, afirma orgullosa.
Mercado de Navidad de Basilea
Comparación. Todas las personas que va conociendo Sara ganan entre 6.000 y 8.000 euros al mes. Por este motivo, ha decidido que nunca volvería al mercado laboral español: “No vuelvo a trabajar por 1.000 euros al mes. En España trabajas para vivir, trabajas para sobrevivir. Si te sobran 10 o 20 euros al mes es mucho”, cuenta resignada.
La otra cara de la moneda. A pesar de las oportunidades laborales y los altos salarios, también es necesario hablar de la alta exigencia cultural que hace que las relaciones sociales queden en un segundo plano: “Suiza es un país donde la gente está muy centrada en trabajar. Solo piensan en dinero, dinero, dinero. Hay mucha soledad. Si no vienes acompañado o no eres muy fuerte, aquí te deprimes”, cuenta Sara sobre la realidad que azota a muchos recién llegados al país.
Datos. Suiza se ha consolidado como uno de los destinos preferidos para la emigración española: según datos de la Secretaría de Estado de Migraciones y del PERE, entre 100.000 y 136.000 españoles residen actualmente en el país, una cifra que ha crecido de forma sostenida en las últimas dos décadas. Este aumento refleja la búsqueda de mejores salarios, estabilidad laboral y condiciones de vida más favorables, especialmente entre trabajadores jóvenes y cualificados que no encuentran oportunidades similares en España. A ello se suma la fuerte demanda de mano de obra en sectores como la ingeniería, la sanidad o la hostelería de alta cualificación, lo que convierte a Suiza en un imán laboral para miles de españoles cada año. En 2025, el salario medio en Suiza se sitúa en torno a los 6.500 €, una de las remuneraciones más altas de Europa. Esta cifra varía según el sector y la experiencia: los trabajadores cualificados en finanzas, tecnología, ingeniería o salud suelen superar ampliamente la media, mientras que en servicios y hostelería los sueldos son más bajos pero siguen siendo competitivos en comparación con España.

