Al llevar a nuestro can a dar una vuelta, es común que comience con un vigor inmenso, jalando la correa con potencia y respondiendo a cualquier cosa que se cruce en su sendero. Esa vehemencia, que frecuentemente tomamos por pura excitación, en verdad subraya la relevancia de la instrucción, la capacidad de soportar la decepción y la adecuada administración del ambiente para asegurar recorridos seguros y serenos tanto para la mascota como para su cuidador.
Alberto Sanz, un adiestrador canino de España, es reconocido por su labor en la enseñanza y corrección del comportamiento de perros. Su dedicación profesional se centra en comprender la conducta canina y asistir a los dueños para optimizar la relación con sus animales de compañía. En un video reciente compartido en su cuenta de Instagram, el especialista brindó las mejores recomendaciones para enriquecer la vida junto a nuestras mascotas: “Si tu perro sale acelerado, tirando o reaccionando a todo, revisa cómo estás empezando el paseo”, comenzó explicando.
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Cambios menores en la rutina pueden alterar significativamente cómo se disfruta la caminata.
Orden. El especialista indica que la estrategia podría residir en la secuencia de nuestras acciones al alistarnos para partir: “Siempre nos vestimos, cogemos las llaves, ponemos la correa a nuestro perro, decimos ' venga tío a la calle' y salimos con nuestro perro como una moto a la calle”, ilustra el preparador como una muestra de la dinámica habitual en numerosas residencias.
Recomendación. El adiestrador sugiere lo opuesto: “Le ponemos la correa, le decimos que se tumbe en su sitio y le hacemos esperar mientras nosotros hacemos lo que tengamos que hacer. Con esto lo que el perro aprende es a bajar revoluciones antes del paseo y cuando sale no va con ese nivel de energía que hace que tire de la correa o que ladre como un loco a otros perros”, agrega. Esto ilustra cómo hábitos modestos pueden alterar radicalmente la vivencia del paseo.
Perro con un juguete
Estudios. Protocolos de entrenamiento para perros que instruyen en premiar la serenidad y solo permitir la salida cuando el can está apaciguado se fundamentan en el principio de que alentar conductas tranquilas aminora la tensión en la correa, reduce los tirones y optimiza la vivencia del paseo; en otras palabras, el animal acaba vinculando la calma con consecuencias favorables en lugar de premiar la impaciencia con la partida inmediata. Adicionalmente, investigaciones acerca de la reactividad canina y la gestión de la conducta con correa subrayan la necesidad de eludir elementos que incrementen la tensión y la excitación, y sugieren métodos de refuerzo positivo para potenciar la autodisciplina general del perro ante estímulos externos.
La voz de otros expertos. La experta en adiestramiento canino Victoria Stilwell, reconocida a nivel mundial por sus técnicas de refuerzo positivo, señala que “el adiestramiento positivo no solo es eficaz, sino que reduce de forma significativa los niveles de estrés en los perros”, lo cual promueve paseos más armoniosos. Adicionalmente, investigaciones sobre la conducta de los perros indican que aquellos que se encuentran más tranquilos y con menor nivel de excitación necesitan menos intervenciones correctivas mientras caminan, lo que mejora la conexión entre el can y su dueño y disminuye las manifestaciones de estrés visibles durante la salida.
