Peterson Céüs tenía diez años cuando bailaba salsa con su tía al salir de la escuela. Le gustaba pasar el rato con ella, pero no tardó en darse cuenta de que esa no era la extraescolar que más le motivaba. ¿Era mejor apuntarse a fútbol o a baloncesto como sus compañeros de clase? Lo cierto es que no encontraba un deporte que acabara de motivarle lo suficiente, hasta que un día, viendo vídeos por internet, se topó con algunas competiciones de gimnasia rítmica en las que participaban la rusa Marina Shpekht y la ucraniana Anna Bessonova y se quedó boquiabierto.
Cintas, cuerdas, aros, pelotas... “No podía quitar la vista de la pantalla”, reconoce durante una entrevista a Guyana Guardian desde el salón Manga Barcelona, que mañana domingo se despedirá de sus visitantes tras cuatro intensos días de actividad en la Fira Gran Via de l’Hospitalet de Llobregat. El gimnasta se pasea estos días entre lectores, cosplayers y entusiastas de Japón junto al dibujante catalán Carlos Moreno. Ambos presentan en primicia mundial el manga Céüs (Norma Editorial), el primero de tres tomos que recoge su historia y que también cuenta con el arte de la española de origen japonés Wakaiki.
“Hay muchos potenciales gimnastas que no se atreven a dar el paso en vista de las dificultades”, dice Céüs
Céüs es hoy un joven de veintiséis años de complexión robusta y atlética, cualidades que no lo convierten en un deportista natural para la gimnasia rítmica, que se acostumbra a fijar más en los cuerpos estilizados. Sin embargo, su dinamismo lo ha convertido en una de las estrellas más prometedoras. Ha sido laureado como campeón de Francia y de España y ha ganado varios premios internacionales.
El problema es que, de forma oficial, esta disciplina solo reconoce a las mujeres en el nivel de élite, ya que la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) no reconoce su versión masculina. Algo que el deportista lleva tiempo queriendo cambiar. En 2018 escribió una carta a la Federación Francesa de Gimnasia y a otras entidades deportivas expresando sus inquietudes y frustraciones sin demasiado éxito, lo que le llevó a crear la Asociación para la Defensa de la Igualdad de Género en Gimnasia Rítmica.
“Con esta plataforma hemos empezado a realizar acciones concretas, como montar competiciones propias, además de dar visibilidad a la realidad de muchos gimnastas, que terminan abandonando ante la falta de recursos y de un futuro claro. Nos gustaría que, a nivel de federaciones nacionales, los hombres pudiéramos competir a unos niveles de élite para luego participar en campeonatos del mundo y en las Olimpiadas. No es justo no poder cumplir tus sueños por tu género”.
El gimnasta Peterson Céüs y el dibujante Carlos Moreno, en el salón Manga Barcelona
Este primer tomo revive los inicios del gimnasta y cómo este tuvo que enfrentarse a su entorno, al que le costó entender que un niño quisiera dedicarse a “un deporte de chicas”. “Es triste, pero han empezado a hacerme caso y a interesarse por mí y lo que hago ahora que empiezan a evidenciarse los resultados y que salgo en los medios”.
Su madre, sin embargo, sí que confío y lo apuntó a un club cerca de París que nunca antes había aceptado a hombres. “En las competiciones, cuando empecé, solo estaba yo. Ahora no hay muchos más. En mi categoría acostumbra a haber uno o dos compañeros, y en las competiciones no solemos sumar más de cuatro”.
Carlos Moreno, cocreador del manga, reconoce que “sabía poco de este deporte y estoy seguro de que mucha gente no es consciente de esta diferenciación de géneros, por lo que es esencial la divulgación”. Conoció a Céüs en 2022, tras un viaje a París, y la conexión entre ambos fue instantánea, por lo que decidieron empezar con este proyecto, que aterrizará en Francia poco después de la mano de la editorial Vega.
Más allá de la distancia entre ambos a la hora de trabajar, Moreno especifica que, “lo más complicado fue plasmar en el papel toda la parte anatómica, pues debía dibujar figuras y movimientos súper complicados, como un codo doblándose al revés, que una persona normal no es capaz de hacer. Cuando dibujaba, me parecía que estaba mal porque me parecía imposible que alguien pudiera moverse así, pero hacen verdaderas locuras”.
Que la obra llegue antes a las librerías españolas que a las del país natal del gimnasta, más allá de una casualidad, es “una acción de justicia”, asegura Céüs, pues “España es uno de los países donde la gimnasia rítmica masculina está más desarrollada”. Además, asegura: “Que mi historia se publique en formato manga es un acierto ya que permite popularizar una reivindicación compleja como esta de forma sencilla y cercana entre los más jóvenes. Hay muchos potenciales gimnastas que no se atreven a dar el paso en vista de las dificultades con las que pueden encontrarse, pero que confío que nos lean y sigan adelante con sus propósitos. Quiero que sepan que no están solos”.

