Bob Dylan se estrenó en los escenarios españoles en 1984 con un doble concierto el 26 de junio en el estadio del Rayo Vallecano de Madrid y dos días más tarde en el Miniestadi del Barça. La hasta ahora última actuación del cantautor tuvo lugar el 24 de junio del 2023 en el Gran Teatre del Liceu.
Aquella primera gira española es digna de recuerdo. El promotor Gay Mercader –pionero en poner a España en el circuito internacional– fue el responsable de aquel estreno dylaniano. Recuerda ahora que “fue un debut tardío en España, y eso que yo había estado siglos persiguiéndole; hasta entonces no había habido acuerdo con su mánager porque yo no estaba dispuesto a pagar lo que me pedían”. El concierto de Dylan estuvo algo encorsetado por Carlos Santana, que le precedía y que prolongó el suyo una hora más de lo previsto. Arropado por una banda en la que destacaba el guitarrista Mick Taylor, ex Rolling Stone, Dylan protagonizó una velada a la que asistió medio gobierno socialista del momento como Narcís Serra, Fernando Ledesma, Joaquín Almunia o Javier Solana. En este sentido, una entonces muy joven Ángeles González-Sinde (posterior ministra de Cultura en el 2011), que trabajaba para el promotor, ejerció de cicerone del músico recorriendo algunos sitios de Madrid.
Fotograma del documental 'Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story', de Martin Scorsese
Un par de días más tarde desembarcó en el Miniestadi, que acogió a 20.000 aficionados que no lo llenaron, lo que hizo que no cuadrasen los números. Allí Santana se atuvo a los horarios y el de Duluth ofreció una descarga de dos horas y media de duración que Albert Mallofré describió en este diario como “el huracán convertido en brisa” y como alguien “con un aire aplicado pero también levemente displicente”. Fuera de lo estrictamente musical, Gay Mercader también recuerda que “me llamó Cyterszpiler, el representante de Maradona, y me dijo que a Diego le gustaría ir al concierto, y yo le pregunté que con quién iría y me dijo que serían unos doce, y yo le contesté que ni hablar”.
Desde entonces el compositor, intérprete y premio Nobel de Literatura ha ido regresando más o menos regularmente a España (como en un espectacular Rock in Rio en Arganda del Rey en el 2008) dentro de sus giras europeas, y con Gay Mercader lo hizo hasta el 2012. Aquel año ofreció dos actuaciones, una en el festival de Cap Roig y otra en la explanada del Guggenheim, y decidió acabar con esa relación tras haberle organizado desde aquel 1984 una cincuentena larga de conciertos. “Lo dejé porque su equipo es muy pesado. A ver, si todo estaba como ellos querían, entonces Dylan era impecable: es un artista que no molesta, que no marea, que hace sus shows. Y es que él es perfecto porque va a su bola, y tú a la tuya y eso es lo que me gustaba, pero sus técnicos, como le tenían pánico, te volvían loco”.
Por estas latitudes, y a lo largo de los años, se le ha podido disfrutar también en el Poble Espanyol (2010), en el Festival de Pedralbes en el 2015 o, especialmente, en el Gran Teatre del Liceu. De la mano del festival Guitar Bcn, Dylan hizo suyo el prestigioso espacio de la Rambla en el 2018 y en el 2023, en ambos casos con dos actuaciones en días consecutivos. Veladas altamente satisfactorias, las dos descargas del 23 y 24 de junio de hace dos años (dentro de una gira española de ¡doce! conciertos) fueron definitivamente inolvidables. Tito Ramoneda, presidente de la promotora The Project y responsable del mencionado festival, explica que “traer a Dylan era como un sueño, y sobre todo también poder hacerlo en un espacio tan emblemático. La primera vez se sintió muy cómodo, y eso que al principio ellos buscaban un tipo de recinto más grande, y al final les convencimos. Por eso creo que en los conciertos de hace dos años se sintió un poco más como si estuviese en casa. De hecho, fueron ellos los que pidieron volver a Barcelona y hacerlo de nuevo en el Liceu”. Y parece que la entente prosigue cuando Ramoneda insinúa que “en el futuro…, se puede decir que estamos con Dylan, y podemos decir que aquellos dos últimos Liceus no van a ser sus últimas visitas a Barcelona”.


