En todo el mundo se hacen y se han hecho representaciones del cuerpo humano. Es una tradición que comenzó hace miles de años y que ha perdurado hasta nuestros días. Figuras con significados profundos, fácilmente decodificables por cada cultura, y que siguen siendo una gran fuente de información, incluso con el paso del tiempo.
Reflejan ideales estéticos, avances tecnológicos, detalles socioculturales y religiosos… que revelan decenas de detalles especialmente claves para conocer más de cerca de sociedades perdidas. En El Salvador, por ejemplo, el descubrimiento de unas raras figurillas ha permitido rastrear a un grupo precolombino desconocido que se habría extendido a lo largo de la costa desde Guatemala hasta Costa Rica.
Cinco representaciones de cerámica
Los arqueólogos han encontrado las cinco representaciones de cerámica en la estructura piramidal más grande de San Isidro, un yacimiento cerca del municipio de Izalco. El estilo de esas obras de arte sugiere que los títeres rituales habrían conectado a las sociedades centroamericanas durante los períodos Preclásico (2000 a.C. - 200 d.C.) y Clásico (200-900 d.C.).
Según escriben los investigadores de la Universidad de Varsovia en un artículo publicado en la revista Antiquity, El Salvador precolombino es muy poco conocido en comparación con los países vecinos. Su alta densidad de población dificulta las excavaciones y las erupciones volcánicas han oscurecido los yacimientos.
Esta es la primera vez que se encuentran figuras de este tipo que representen a un hombre
“Se sabe muy poco sobre las identidades y las afiliaciones etnolingüísticas de los creadores de los asentamientos antiguos que anteceden a la llegada de los europeos a principios del siglo XVI”, afirma el doctor Jan Szymański. “Y esto empeora cuanto más retrocedemos en el tiempo”, añade.
Para llenar este vacío, Szymański y su colega Gabriela Prejs estudiaron el gran sitio de San Isidro, que hasta ahora no había sido excavado. En la cima de la pirámide más grande hallaron una rica ofrenda que parecía un depósito funerario, pero sin restos humanos.
Allí encontraron las cinco figurillas de arcilla que datan de alrededor del año 400 antes de Cristo y que son de tipo “Bolinas” (por las muñecas o figuras ceremoniales, en su mayoría femeninas, que se encontraron en este otro sitio ceremonial ubicado en Chalchuapa).
“El hallazgo de San Isidro es solo el segundo de este tipo encontrado in situ, y el primero que presenta figuras masculinas”, agrega Jan Szymański. Tres de las figurillas tienen cabezas articuladas, lo que hace que se parezcan claramente a los juguetes modernos con los que se divierten nuestros hijos hoy en día.
Las figuras aparecieron en la cima de la pirámide más grande de San Isidro
Los especialistas polacos sugieren que estos objetos rituales eran una especie de títere antiguo, colocado en una escena o “cuadro”, sin duda destinado a transmitir un mensaje que ahora se ha perdido. Su posición en la cima de la pirámide sugiere que estaban involucrados en rituales importantes, posiblemente públicos.
“Una de las características más llamativas de los títeres es su dramática expresión facial, que cambia según el ángulo desde el que los miremos”, dice el investigador de la Universidad de Varsovia. “Si los miramos desde arriba parecen casi sonrientes, pero cuando se los mira desde un ángulo horizontal se vuelven enojados o desdeñosos, para luego asustarse cuando se los ve desde abajo. Se trata de un diseño consciente, tal vez destinado a realzar la gama de representaciones rituales en las que podrían haber sido utilizados los títeres”, explican en un comunicado.
Algunas de las representaciones humanas tenían cabezas articuladas como los muñecos actuales
Este estilo de figurilla se encuentra tanto en el oeste de El Salvador como en el sur de Guatemala. Otros artefactos descubiertos en el depósito, como colgantes de jade, también se conocen en el área istmocolombiana de la actual Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Estas similitudes materiales expresarían conexiones de la élite local con otras clases dirigentes de lugares lejanos. Esto sugiere que San Isidro participó en redes de interacción a larga distancia y compartió tradiciones y costumbres con toda América Central, desafiando la idea tradicional de que El Salvador era una parte aislada de la región.
El descubrimiento contradice la idea de que El Salvador estaba aislado en la antigüedad
“Este descubrimiento contradice la idea predominante sobre el atraso cultural o el aislamiento de El Salvador en la antigüedad”, concluye el doctor Szymański. “Revela la existencia de comunidades vibrantes y de gran alcance capaces de intercambiar ideas con lugares notablemente distantes”, dice.


