El proyecto del estudio de Sabadell Harquitectes, en colaboración con el suizo Christ & Gantenbein, ha sido elegido entre las cinco finalistas de una treintena de propuestas que competían para ampliar y rehabilitar el Museu Nacional d’Art de Catalunya. La decisión, tomada por unanimidad del jurado, ha sido comunicada a los ganadores y publicada en el portal de la transparencia de la Generalitat, si bien todavía tiene que pasar diversos trámites administrativos para su adjudicación y cabe recurso por parte de los otros candidatos.
Se da la circunstancia de que Harquitectes, un equipo puntero en Catalunya que apuesta por una arquitectura imaginativa y muy exigente en materia de costes y sostenibilidad, fueron –también junto a Christ & Gantenbein– los elegidos para ampliar el Macba en la plaza dels Àngels, cuyas obras acaban de empezar. El equipo formado por David Lorente, Josep Ricart, Xavier Ros y Roger Tudó firma también el proyecto de la futura biblioteca de Nou Barris, el de la reconversión del edificio de la Foneria de Canons, al final de la Rambla, en un centro de cultura digital, y la rehabilitación del Teatre Arnau.
La unión entre ambas sedes se realizará mediante un pasaje pegado al pabellón y otro subterráneo
El proyecto, que competía bajo el lema Passatge del museu, obtuvo la máxima puntación, 93 sobre 100, muy por encima del segundo, que logró 80,5. La propuesta de Harquitectes y Christ + Gantenbein, de la que el jurado destaca especialmente “la relación que establece con el entorno, abriendo el museo hacia la ciudad y viceversa”, contempla la entrada al palacio de Victòria Eugènia por la plaza de Carles Buïgas. La conexión con el Palau Nacional (la sede actual) se realizará en un primer tramo a través de un pasaje perimetral que circulará pegado al pabellón, como si se tratara de una calle cubierta que crea una zona de interludio en la ciudad y el museo, para luego desembocar en un paso subterráneo que llevará a la actual área de reserva y exposiciones temporales. Según el acta del jurado, “la conexión pública subterránea tiene las mismas características espaciales que el primer tramo del pasaje: espacios generosos, visuales puntuales al exterior, luz natural y escaleras combinadas con escaleras mecánicas y ascensores”.
En la planta baja del Victòria Eugènia estará situado el vestíbulo, organizado en forma de franja horizontal, que dará paso a un espacio de bienvenida, el auditorio y la cafetería. También se ubicará allí un primer espacio expositivo, divisible para muestras temporales o colección permanente en función de las necesidades del museo. Entre el vestíbulo y la sala, y con acceso directo desde la plaza Puig i Cadafalch, se ubicará una planta intermedia con espacio público y una tienda. La propuesta de los arquitectos propone también separar la cafetería del restaurante, situados en puntos y cotas diferentes del recorrido. Este último tendrá también acceso propio desde la plaza de las Cascades. Al final del recorrido se accederá a un segundo gran espacio expositivo y a la conexión subterránea con el Palau Nacional.
Una vez concluida la ampliación, prevista para el 2029, el museo pasará de los 9.000 m2 que dispone en la actualidad a 19.500. El acta del jurado está fechada el pasado día 13 de marzo y la firman Pepe Serra, director del museo; Josep Maria Carreté, secretario general de Cultura; Guida Ferrari, coordinadora de proyectos estratégicos del MNAC; Mercedes Martínez, subdirectora general de obras y servicios; Joaquim Borràs, director general de Patrimoni y Mercedes Roldán, subdirectora adjunta de Museos Estatales.
Análisis
Puig i Cadafalch, Meier, Harquitectes
Barcelona se transforma a golpe de acontecimientos excepcionales. La Exposición de 1929 fue uno de ellos, y nos dejó la ordenación de Montjuïc, planificada por Josep Puig i Cadafalch y presidida por el Palau Nacional, hoy sede del MNAC, que proyectaron Enric Catà y Pedro Cendoya. La operación olímpica, que ayudó a renovar áreas como el Raval, nos legó en 1995 el Macba, del estadounidense Richard Meier.
Ambos museos, el Macba y el MNAC, han elegido para su ampliación al estudio Harquitectes, en colaboración con el suizo Christ & Gantenbein. El concurso para añadir 3.000 metros cuadrados al Macba lo ganaron estos despachos en el 2021 (aunque las obras están aun en fase preliminar). Su victoria en el concurso del MNAC, que debe relacionar el Palau Nacional con sus nuevas dependencias en el Palacio de Victòria Eugènia, acaba de trascender.
Puig i Cadafalch, arquitecto y presidente de la Mancomunitat, avaló el estilo historicista del Palau Nacional. Meier encajonó en el Raval uno de sus edificios blancos, derivado del Movimiento Moderno. Puig i Cadafalch era un prohombre del establishment catalán, como Meier, bendecido con el Pritzker, en 1984, cuando solo tenía 49 años, lo era de la modernidad arquitectónica de EE.UU.
A diferencia de ellos, y pese a su espléndido cuarto de siglo de trabajo, Harquitectes, firma fundada en el 2000 por David Lorente, Josep Ricart, Xavier Ros y Roger Tudó, ha tenido hasta ahora poco contacto con la esfera institucional. La mayoría de sus obras son casas unifamiliares. Pero su principal preocupación es mejorar la calidad de vida de los usuarios de su edificios, que dan respuesta innovadora, austera y brillante al desafío de la crisis climática: una sensata apuesta de futuro.
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