Conciertos de Viernes Santo
Intérpretes: Benjamin Appl con Vespres d’Arnadí ★★★✩✩
Intérpretes: Latvian Radio Chor estrenando los 'Responsorios' de Bernat Vivancos ★★★★✩
Lugar y fecha: Peralada (18/IV/2025)
Imperdible programa doble el ofrecido el Viernes Santo en la tercera edición del Festival de Pascua de Peralada.
La confirmación de la calidad de intérpretes y creadores catalanes, solistas de gran nivel internacional y un ambiente recogido con un público respetuoso en un entorno bucólico, confirma que en Semana Santa hay que peregrinar hasta Peralada.
En horario de tarde se presentó el barítono alemán Benjamin Appl con el conjunto Vespres D’Arnadí en una prometedora primera colaboración mutua dedicada al barroco centroeuropeo.
El trabajo de la agrupación catalana, con Dani Espasa en la dirección, al clave y al órgano, fue impecable. Lecturas orgánicas, con solos destacados al oboe de Daniel Lanthier o del propio Espasa. Sonido y estilo empastados, con la hermosa muesca de Incipit Lamentatio de las Lamentaciones de Jeremías de Zelenka, que supieron a poco.
Si el programa estaba planteado con gran cuidado, la sensación fragmentaria y resolución de algunas piezas, Dulde dich de Erlebach, quedó demasiado testimonial. Lo mejor del programa fue la parte final dedicada a Bach. Aquí Appl, con un instrumento de atractivos colores, impuso una emisión más presente, carácter y expresión con un Ich habe genug BWV 82 de feliz resolución.
La obra de Vivancos fue interpretada por uno de los mejores coros del mundo, los Latvian Radio Chor. La conexión entre ambos estalló en una comunión mística propia de los grandes acontecimientos
En el programa nocturno, el estreno de los Responsorios de Semana Santa de Bernat Vivancos (Barcelona, 1973), obra de encargo del festival y estreno mundial, supuso un cenit musical inolvidable.
Interpretada por uno de los mejores coros del mundo, los Latvian Radio Chor, bajo la batuta de su director Sigvards Klava, la conexión del coro con la música de Vivancos, estalló en una comunión mística propia de los grandes acontecimientos.
La obra de Vivancos está construida con una atención a la letra fundamental, donde la arquitectura sonora, la armonía y el canto polifónico se funden con los textos religiosos de manera trascendental.
El coro, de un sonido, empaste y claridad tímbrica deslumbrantes, acentuaron el dramatismo de las vísperas. Incisivos en Judas mercator pessimus o en el lamento descarnado del tenor en Una hora de la Feria V in Cena Domini (Jueves Santo),donde Vivancos demuestra su dominio del contraste expresivo.
En el responsorio del Viernes Santo, la escritura vocal pareció desvanecerse en el juego tímbrico y de colores al inicio del Tenebrae, solventado por un coro que domina a la perfección el control del sonido. Escalofriantes sus voce magna hasta llegar a la expiración final de Jesús.
En el último responsorio del Sábado Santo, Sepulto Domino, sorprendió la contundencia de la palabra cantada. Un canto final de monolítica severidad para cerrar una obra que ya nace como un clásico.
El silencio final de comunión del público con la obra fue revelador.