Una novedosa matinée ha puesto este Domingo de Pascua punto y final a la Semana Santa en Peralada con un concierto en el que Il Pomo d'Oro ha trenzado la profundidad espiritual del barroco sacro con la teatralidad operística de la escuela napolitana del siglo XVIII, todo ello dirigido con maestría por Zefira Valova. La mezzo sueca Ann Hallenberg y la soprano Mélissa Petit han abierto fuego con sendos Salve Regina, el de Domenico Scarlatti y el de Leonardo Leo... y después de la trascendencia ha llegado la eclosión vital.
Convertido ya en referente de la pascua musical del Mediterráneo, el festival registra un 95% de ocupación y ha agotado el aforo de la iglesia del Carme en cinco de los seis conciertos. La gran novedad es que en ninguna de las actuaciones sonó una sola sintonía de llamada de móvil. Es más, reinó un silencio respetuoso por parte del público. Como esas empresas que presumen -con razón- de llevar años sin accidentes laborales, Peralada puede promocionarse diciendo que en sus conciertos no suenan móviles, pues su público entiende la cita como un templo de espiritualidad.
Este domingo, el público ya pedía abonarse para el año que viene, sin siquiera conocer la programación
“Nos sentimos felices y con mucha responsabilidad a la hora de asegurar el mismo nivel en futuras ediciones”, decía el director artístico del festival, Oriol Aguilà. Este domingo, el público ya pedía abonarse para el año que viene, sin siquiera conocer la programación. “Eso es realmente hacernos confianza. Y por otra parte, los artistas siempre quieren volver... De forma que hemos generado comunidad. El público se siente familia del festival y lo aprecia como propio“”.

Pablo Ferrández y Luis del Valle, durante su actuación en el festival de Pascua de Peralada
Tras el estreno español de un oratorio de Hasse y el punto culminante que era el estreno absoluto de los Responsorios de Bernat Vivancos -“”emblemas del festival y nuestra razón de ser”, apunta Aguilà-, la iglesia del Carme ha vivido este fin de semana dos últimas jornadas de pasión, comenzando por el recital de cello y piano que ofrecieron la estrella española Pablo Ferrández y el pianista malagueño Luis del Valle. El expresivo cellista madrileño alcanzó su apogeo en la Sonata núm. 1 de Brahms, mostrando elegancia, drama y virtuosismo por igual, siempre con ese uso -incluso abuso, a veces- del vibrato que le caracteriza.
La presencia de un mayor número de cuadros en las capillas laterales hace que la nave del Carme tenga mejor acústica
El resonar controlado del piano en este concierto, el único del festival que se alejaba del repertorio sacro-espiritual, fue la prueba irrefutable de que la nave del Carme ha mejorado notablemente su acústica. Y no es que haya habido ninguna intervención, más allá del añadido de obras de arte pictórico de la colección Miquel Mateu que visten la decena de capillas a lado y lado de la nave, y que sin duda evitan que el sonido retumbe. Es lo único que podría haber marcado la diferencia, advierte Cesc Barrachina, responsable técnico del festival, “pues habrá hecho disminuir el rebote del sonido y aumentar su difusión”.

La actuación de Cantoría, con el Sant Crist Negre de Peralada presidiendo el altar como elemento escénico
También la programación ha ayudado a sacar lo mejor de la acústica de la nave e incluso de su colección pictórica. Así, el regreso del conjunto Cantoría, con Membra Jesu Nostri, del compositor nórdico Dieterich Buxtehude del siglo XVII, contó como referencia visual con ese Cristo atado a la columna del pintor de la escuela flamenca del siglo XV Hans Memling que cuelga de las paredes de la iglesia. Un ecce homo cuyo flagelo se ve reflejado en infinitas gotas de sangre que cubren su cuerpo.
Además, Cantoría añadió un punto escénico para la interpretación de estas seis cantatas centradas en las distintas partes del cuerpo de Cristo al traer hasta el altar la imagen del Sant Crist Negre de Peralada.
No habrá estreno de 'Responsorios' en 2026: hay que dar tiempo al siguiente compositor para lograr un resultado óptimo, pues “Vivancos ha dejado el listo alto”
dDe cara al año que viene hay dos novedades: la primera tiene que ver con el esperado nuevo encargo de Responsorios a un compositor local. Dado que Vivancos ha dejado el listón alto y que después de él y de Magrané no abundan los compositores que dominen el género, en la edición de 2026 no se espera estrenar Oficios de Tinieblas. “Hay que dar tiempo al creador, ponerlo todo a disposición para un resultado óptimo”, apuntaba Aguilà durante el brindis final.

Latvian Radio Choir estrenó el viernes los 'Responsorios' de Bernat Vivancos
Lo que sí avanza el festival para la próxima Pascua es un proyecto muy especial de Vox Luminis. El ensemble belga que dirige Lionel Meunier formará parte del cartel de la edición de Pascua y presentará el Sábado Santo Ein Deutsches Barockrequiem, esto es, una visión alternativa e histórica del concepto de Réquiem alemán, inspirándose en la tradición luterana del siglo XVII. Según informan desde el Festival, el proyecto parte de la idea de que algunos de los textos bíblicos que Johannes Brahms utilizó en su conocido Ein deutsches Requiem ya habían sido musicados por compositores barrocos alemanes. Y, de hecho, él se inspiraba en la polifonía y la gran tradición luterana de finales del Renacimiento.
El ensemble Vox Luminis traerá proyecto en 2026: explorar el origen barroco del concepto de ‘Réquiem alemán’ que abordó Brahms
De esta manera, Vox Luminis explorará motetes de compositores barrocos alemanes como Andreas Scharmann, Thomas Selle, Johann Hermann Schein, Christian Geist, Wolfgang Carl, Briegel, Andreas Hammerschmidt, Heinrich Schwemmer... Toda una perspectiva histórica y musical sobre la tradición luterana...