Danmei, romantasy y gatos sanadores

Escenas de Sant Jordi

Los géneros nicho construyen su creciente imperio en el denominado ‘triángulo friki’ de Barcelona

23 - 04 - 2025 / Barcelona / Sant Jordi - Ambiente / Foto: Llibert Teixidó zona Norma Comics

En el ‘triángulo friki’, en el paseo de Sant Joan, se acumulan las paradas de libros de géneros fantásticos y los paseantes se visten como caballeros y doncellas.

Llibert Teixidó

María Dueñas, Xavier Bosch, Javier Cercas y Toni Cruanyes habrán vendido decenas de miles de ejemplares por toda Catalunya, pero hay un rincón de Barcelona, en paseo Sant Joan entre Tetuan y Arc del Triomf, donde sus libros ni siquiera se exponen en las paradas, y son otros autores los que generan colas larguísimas. Por ejemplo, Irina Zubkova. A media mañana, esta instagramer de origen bielorruso tenía ya a unas cuantas docenas de lectoras esperando firmas de su primera novela, Acelerando en rojo (Crossbooks).

Lectoras como Noa Díaz, de 15 años, o Mar Sacasa, de 18, que siguen a Zubkova desde hace años, primero como prescriptora de novela romántica y ahora como autora de una novela que entra en la categoría hiperespecífica del “romance para amantes de los deportes en los que los protagonistas se odian al principio y se quieren al final”. En la jerga de los aficionados, un sports romance enemies to lovers.

Supervisando la cola de Zubkova en el stand de la librería Alibri estaba Mar López, librera y gestora cultural que también fue una de las organizadoras del Crush Fest, el festival de literatura juvenil, romántica y de género que lleva a miles de lectores al recinto histórico de la UB. Así que López sabe bien lo que busca ese público hiperinformado que se nutre de BookTok, el TikTok de los libros, y a menudo quiere experiencias que vayan más allá de la lectura solitaria.

Difícil ver la romantasy como un nicho, con Rebecca Yarros vendiendo como Harry Potter

Desde hace unos años, esa zona de Fort Pienc en la que conviven el imperio Norma Comics (la tienda y editorial ya tiene tres establecimientos en la misma manzana), la histórica Gigamesh y locales más nuevos que combinan manga, anime y parafernalia otaku, además de otras tiendas de ropa y productos para fans del pop coreano, se promociona como el triángulo friki, y este año el Ayuntamiento lo ha formalizado incluso con carteles propios que separan este Sant Jordi nicho del Sant Jordi generalista.

Laia Marin, librera de Norma Comics, explica que uno de los géneros estrella este Sant Jordi es el danmei, ficción escrita por autores chinos que se centra en mundos de fantasía de espíritus y fantasmas y contiene siempre romances gais.

La pentalogía clave para iniciarse en el danmei es El gran ­maestro de la cultivación demoníaca (Norma), una saga de Mo Xiang Ton Xiu. “Se los llevan sobre todo mujeres y están triunfando muchísimo desde que se licenciaron en España, antes las fans ya se los compraban de importación y los leían en inglés”, dice.

Este año manda el danmei, ficción china fantástica con espíritus, fantasmas y romances gais

En Dashu, otra tienda del triángulo friki , llevan ya tres Sant Jordis con parada y han aprendido que ese día no venden tanto manga, como el resto del año, sino “novelas de gatos”. Ellos llaman así a lo que en el sector se está conociendo como healing books, o libros sanadores: novelas muy apacibles que transcurren en coquetos cafés japoneses y en los que siempre sale un gato en la cubierta, y si es posible también en el título. La felicidad cabe en una taza de café (Debolsillo), de Toshikazu Kawaguchi, tiene un minino en la portada y también una rama de cerezo en flor, para que nadie se confunda. Y se vendió ayer por docenas.

Todo género nicho lo es hasta que deja de serlo. La romantasy , por ejemplo, que conjuga elementos de fantasía con trama romántica, difícilmente puede considerarse marginal cuando su autora estrella, Rebecca Yarros, está vendiendo ejemplares en cifras que el sector no veía desde Harry Potter.

Arantxa Comes, una autora valenciana de diez novelas que estuvo firmando en la Gigamesh, también se mueve en esas coordenadas, aunque define su último título, Nieve en la sangre (Editorial del Nuevo Extremo) como más fantástico que romántico. “Lo que me gusta es el worldbuilding, construir universos y meter a humanos en tesituras complejas, más que escribir sobre elfos y enanos”. Comes entró en la fantasía gracias a que su profesora de Lengua, Elena, le hizo leer a Laura Gallego, autora de sagas como Memorias de Idhún, en el instituto. Y se considera parte de una generación de mujeres que ha renovado el género, primero como lectoras y luego como autoras. “Lo noto en mis compañeras. Tenemos más presente a las minorías y aportamos una amplitud de miras. A mí no me tiembla el pulso por introducir mensajes más políticos”, dice. Aun así, cree que modas como laromantasy despiertan reticencias entre algunos fieles. “Siempre que lo peta una mujer entran estas dudas, y el romance es un género muy denostado. No lo entiendo. ¡¿Qué os pasa con el amor?!”.

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