Un spoiler para empezar: en la película Köln 75 , basada en el concierto de Colonia de Keith Jarrett, no se escucha ni una sola nota ni se ve un solo plano de aquella mítica actuación. En el arranque del filme se advierte de que en todo concierto intervienen muchas personas y cosas, como los artistas, los iluminadores, los técnicos de sonido, los montadores o los andamios necesarios para el montaje. Pues bien, esta película no va del concierto, sino del andamio. No tenemos derecho a sentirnos engañados.
Köln 75 , dirigida por Ivo Fluk, se presentó esta semana a concurso en el BCN Film Fest. No ganó, pero causó una excelente impresión a los espectadores que llenaron una sala del cine Verdi y se llevó los galardones al mejor montaje y el de la crítica de la ACCEC. El filme recrea con dinamismo, inteligencia y amor la accidentada organización de aquel evento. En realidad, se trata de un insólito homenaje a la ambición y a la determinación de las personas que hacen gestión cultural.

Keith Jarrett, en la época del concierto de Colonia
Recordemos: Jarrett llegó a Colonia agotado y con la espalda destrozada después de muchas horas de viaje en un utilitario. Allí le esperaba Vera Brandes, que con solo 18 años había cometido la temeridad de organizar ella sola aquella actuación, gastándose 10.000 marcos que no tenía en el alquiler de la mismísima ópera de la ciudad.
Para colmo, el irascible Jarrett había exigido que le prepararan un piano Bösendorfer Imperial y, a la hora de la verdad, lo que los responsables de la ópera pusieron a su disposición, en principio por error, fue un cochambroso piano desafinado de ensayo con un pedal atascado, cuerdas inservibles y algunas teclas en dudoso estado. El concierto se programó a las once de la noche y a Jarrett, para colmo, le sentó mal la cena...
Y, pese a todo, el Köln Concert (ECM Records) es uno de los discos más vendidos y aclamados de la historia del jazz, un tesoro que se transmite de generación a generación, un monumento a la improvisación humana (medio siglo antes de que se popularizara la Inteligencia Artificial generativa) que basa su leyenda, paradójicamente, en aquel piano de mentiras que el músico aceptó tocar a regañadientes porque no quería dejar tirada a la pobre chica.

Vera Brandes, junto a Mala Emde, en Barcelona
Tras la proyección, el “andamio”, es decir, Vera Brandes, la heroína del Köln Concert, se prestó a contar sus impresiones sobre el recital junto a la actriz que la interpreta en el filme, la convincente Mala Emde, y el director del festival de Jazz de Barcelona, Joan Anton Cararach.
En el coloquio, Brandes aportó luz a algunos de los misterios y falsedades que envuelven aquel concierto. Una de ellas es la vieja teoría de que las primeras notas que interpreta Jarrett y que son determinantes en el arranque de la improvisación jazzística las tomó prestadas de la melodía con la que se invitaba a los espectadores de la ópera a tomar asiento en sus butacas.
Vera Brandes, la promotora, proyecta luz sobre algunos misterios del 'Köln Concert'
En una entrevista reciente en La Vanguardia , Brandes ya negó que fuera así, pero en el coloquio del BCN Film Fest se atrevió a lanzar una hipótesis: “El timbre de la ópera era un simple timbre de escuela, así que no cuenta, pero justo delante del edificio estaba la sede del fabricante de la famosa 4711 eau de cologne (de Mäurer & Wirtz GmbH & Co. KG), y esa tienda tenía un carillón que sonaba cada hora.
Pues bien, como estábamos en la época pre-carnaval, ponían en ese carillón una vieja canción de Carnaval del siglo XIX, o incluso más antigua, sobre un soldado... creo que sí, creo que Jarrett, cuando caminábamos desde el hotel hasta la ópera, escuchó esa melodía y la tomó prestada para iniciar su concierto”.
[Una apresurada y nada científica investigación en la red nos indica que el tema podría ser Der treue Husar , popular en el Carnaval de Colonia desde 1920 y versionado en su día por Louis Armstrong. Y sí, ¡es cierto! Hay un pasaje de esta canción que evoca levemente aquellas notas mágicas iniciales de Jarret en 1975]

El carillón de 4711, 'eau de cologne'
Resuelto este enigma, se aproxima el momento del piano. En la platea, Tito Ramoneda, cofundador y persidente de The Project, que organiza el festival barcelonés de jazz, hace una confesión en voz baja: “Yo no tengo tan claro que la ópera de Colonia se equivocara y subiera al escenario el piano malo, mientras el Imperial se quedaba bien guardado en un almacén. Yo también empecé muy joven a montar conciertos de jazz y en las grandes instituciones me asignaban expresamente lo peor que tenían, hasta que poco a poco me fui ganando su respeto”.
Poco después, Brandes apunta en la misma línea. Aclara que, a diferencia de lo que aparece en el filme, no es verdad que ella llegara a toparse con el piano bueno en un almacén tras el recital. Nunca lo vio. Comenta: “El lunes, cuando pregunté al director qué había pasado, me dijo que guardaron el Imperial en un cuarto de la ópera con humedad constante para protegerlo y que, al llegar los transportistas, se equivocaron y subieron uno que había para ensayos del coro femenino”.
“Sin embargo –revela Brandes– hay un equipo de documentalistas franceses que han investigado sobre el piano y, según parece, podría ser que el director de la ópera no me hubiera dicho toda la verdad. Porque hay probabilidades bastante elevadas de que el Imperial no estuviera aquella noche en la ópera, sino en la universidad. La investigación está abierta... En cualquier caso, los héroes del concierto fueron los afinadores, padre e hijo, que hicieron un gran trabajo de urgencia”.
¿Ninguneó a Brandes la ópera poniendo a su disposición, a sabiendas, un piano escacharrado? A la vista de lo expuesto, la hipótesis parece razonable. Pero, ¿qué habría pasado de haber dispuesto del Bösendorfer Imperial? Jarrett (retirado hoy de la musica por un ictus; sigue tocando con una mano) nunca ha mostrado ningún apego por aquel recital. Al parecer, llegó a comentar que, de haber tenido un piano de verdad, el resultado habría estado más a la altura de su talento.
La portada
La falsa foto del 'Köln Concert'
Durante décadas, mucha gente ha pensado que el Concierto de Colonia de Keith Jarrett se celebró al aire libre. Esto es así porque la discográfica ECM eligió para la cubierta del disco una foto en la que el pianista estaba actuando en un espacio abierto. ¿El motivo? Jarrett no admitía entonces que los fotógrafos de prensa merodearan por sus conciertos, así que no existe ninguna foto (que se sepa) del mítico concierto de Colonia en 1975.
La discográfica ECM no lo hizo constar en su edición, de la misma manera que obvió en los créditos el nombre de Vera Brandes, la joven entusiasta sin cuya determinación hoy no estaríamos hablando del Köln Concert.
Pero, ¿seguiríamos hablando hoy, 50 años después, del concierto de Colonia? Probablemente no. Sería uno más de un extraordinario músico en un gran momento de su carrera, como los de Bremen o Lausana, pero carente de la magia del Köln Concert .
Final del spoiler : en la película no aparece el concierto, pero cuando vuelves a casa no puedes dejar de escucharlo en bucle.