Las deformaciones craneales intencionadas han sido documentadas en grupos humanos desde hace al menos 45.000 años. Estas prácticas culturales se realizan en la primera infancia, aprovechando que los huesos del cráneo aún son lo suficientemente blandos para modificarlos usando vendajes, tablas de madera o presiones externas.
Se han encontrado ejemplos, especialmente en mujeres, desde América hasta África, pasando por Europa. Pero el último caso descubierto ha dejado descolocados a los arqueólogos que estaban trabajando en el yacimiento de Chega Sofla, un asentamiento situado al oste de Irán y que data de hace alrededor de 7.000 años.
Tumbas construidas con ladrillo
El antiguo cementerio prehistórico del sitio incluye tanto entierros individuales como fosas comunes que podrían ser sepulturas familiares, junto con más de una docena de cráneos alargados. Fue allí donde se descubrieron los ejemplos más antiguos del mundo de tumbas construidas con ladrillo.
Una de las inusuales calaveras presentaba, sin embargo, un sello distintivo de violencia: una fractura triangular en el lado izquierdo de la cabeza que habría sido lo que finalmente provocó la muerte de esa persona, según detallan los investigadores en un artículo publicado en la revista Internacional Journal of Osteoarchaeology.

En Chega Sofla se han encontrado los ejemplos más antiguos del mundo de tumbas construidas con ladrillo
Durante más de una década, los integrantes del Proyecto Zohreh, dirigido por el arqueólogo Abbas Moghaddam, han excavado y estudiado Chega Sofla. Esta zona estuvo ocupada entre aproximadamente el 4700 y el 3700 antes de Cristo, un “milenio lleno de acontecimientos”, señalan los expertos.
En ese momento de la historia de Próximo Oriente, los pueblos de la región ya contaban con templos, sistemas de creencias y grandes edificios y estructuras. Hacia el final de este período, además, fue cuando surgieron “la escritura y se comenzaron a expandir los sistemas de urbanización”.
El cráneo analizado se encontró en una fosa común junto a decenas de huesos humanos. Perteneció a una joven que vivió hace alrededor de 6.200 años y que tenía unos 20 años cuando falleció. Las tomografías computarizadas permitieron observar cambios profundos, ya que una gran parte de la cabeza era más delgada de lo normal, lo que aumentaba el riesgo de que la chica sufriera una lesión mortal. Y fue precisamente lo que ocurrió.
La mujer, conocida como BG1.12, sufrió una fractura causada por un objeto de borde ancho en los últimos momentos de su vida. Aunque no se ha encontrado ninguna evidencia directa que indique que alguien la golpeó intencionalmente, dicen los arqueólogos.

El cráneo de la chica tenía una fractura que iba desde la parte frontal a la posterior
De niña, esta persona fue sometida a un vendaje craneal, que consiste en envolver un trozo de tela alrededor de la testa en crecimiento de un niño para modificar intencionalmente su forma. Cuando se realiza durante muchos años, da como resultado una cabeza alargada, casi cónica. En el cementerio de Chega Sofla, individuos con y sin deformaciones craneales intencionadas fueron enterrados juntos.
Los especialistas determinaron que el grosor de los huesos craneales y del diploe (un hueso esponjoso que actúa como amortiguador) de la chica. Descubrieron que estas partes de la calavera eran más delgados de lo normal y su capacidad para resistir fuerzas externas, como un golpe traumático, era probablemente menor de lo normal.

El grosor de los huesos de la cabeza de esta mujer era menor debido a la deformación craneal
La fractura triangular que identificaron los investigadores en BG1.12 se extendía desde la parte frontal hasta el lado posterior izquierdo de la cabeza y no presentaba signos de consolidación. No hubo penetración ósea, pero el reducido grosor permitió que la fuerza del golpe llegara hasta el cerebro. El resto de su esqueleto aún no se ha encontrado.
“Una fuerza intensa ejercida por un objeto de borde ancho impactó con el cráneo de esta chica”, escriben los investigadores, aunque no está claro si fue asesinada o si sufrió las lesiones en un accidente. “Cabe destacar que el golpe fue tan severo que también habría fracturado un cráneo normal, sin modificar”, concluyen los expertos.