Danny Boyle, director de '28 años después': “Hay una sensación creciente de furia en la gente, una rabia increíble a la que saltamos rápidamente”

Entrevista

El director de 'Slumdog millionaire' regresa a la saga de zombis que comenzó hace 23 años con un filme en el que los humanos han sobrevivido derivando a sociedades casi fascistas

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El director de cine Danny Boyle fotografiado en Madrid, en la presentación del la película '28 años después'. 

Dani Duch / Propias

El terror de autor regresa a las grandes pantallas. Danny Boyle (Trainspotting, Slumdog millionaire) vuelve a la saga zombi que comenzó con 28 días después hace más de veinte años y que después continuaría Juan Carlos Fresnadillo en la secuela 28 semanas después. Ahora junto al guionista original de la saga, Alex Garland (Civil war, Ex machina) Boyle (Radclife, Gran Manchester, 1956) estrena hoy 28 años después, un mundo en el que los zombis han evolucionado y tienen incluso bebés y en el que los humanos dan muchas veces más miedo que los infectados.

El mundo ha conseguido confinar la infección en la isla de Gran Bretaña y allí los humanos se han organizado en sociedades cerradas física e ideológicamente, una involución que tiene por momentos rasgos claramente fascistas. No será la única sorpresa en una película que cuenta entre sus protagonistas a Ralph Fiennes, Aaron Taylor-Johnson, Alfie Williams y Jodie Comer y en la que está muy presente la aceptación de la muerte. Una película que, como sugiere la psicopática escena final, arranca un nuevo ciclo de tres filmes.

Aaron Taylor-Johnson y Alfie Williams en '28 años después'

Aaron Taylor-Johnson y Alfie Williams en '28 años después' 

Sony Pictures

¿Cómo han hecho evolucionar esta saga desde '28 días después'?

Estas películas siempre han tratado del apocalipsis y la supervivencia, normalmente sobre cómo vive en ese apocalipsis un ser humano, las elecciones que toma, si cogen el coche, si hay gasolina, cómo funciona esto. Ahora en 28 años después tenemos a una comunidad que vive en una pequeña isla protegida por la marea, una comunidad pequeña, con agricultura de subsistencia, en la que la barrera que la rodea no solo mantiene fuera a los infectados sino a cualquier persona que no quieran que entre. 

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Un infectado en '28 años después' 

Sony

Por otro lado, las autoridades de las Naciones Unidas, la UE, esperan que el virus muera en Gran Bretaña con ese aislamiento, pero los virus, como el covid, no desaparecen, sino que mutan,  evolucionan. Aquí lo hacen de tres maneras. En primer lugar, están los infectados básicos, los de la primera película, llenos de energía, que tienen que aprender a comer o se mueren de hambre. Y para eso hay que cazar, actuar en manada y organizarse. Al principio avanzaban de manera más aleatoria y ahora ya se han organizado en grupos que funcionan juntos. Para eso tiene que emerger un líder y por eso aparecen los alfas, un segundo tipo de infectado. El tercer tipo son los que se arrastran, los más lentos, que gastan poca energía y solo comen caracoles y gusanos, bayas y cosas de la tierra. Y empiezan a parecerse a la tierra ellos mismos. 

“El Brexit es como si estuviéramos en los años 50, en la posguerra, en la que sufríamos, pero en el fondo nos sentíamos grandes”

28 años es poco para una evolución así, pero es una libertad creativa. Aún así, la evolución final es realmente que los infectados tengan un bebé. Eso te hace pensar si la madre estaba embarazada antes de estar infectada o después, si los infectados están teniendo sexo unos con otros, si se están reproduciendo como grupo. Vamos a esperar a ver a las siguientes películas, pero están evolucionando y esa es la idea.

Una escna de '28 años después'

Una escna de '28 años después'

Sony Pictures

¿Esta película con esa gente encerrada tras empalizadas en una isla, protegiéndose, convertidos casi en una secta, es una metáfora del mundo actual, del mundo que estamos viviendo?

Sí, todas estas películas tienen un elemento político. De hecho, constituyen un gran espectáculo para eso, especialmente las películas apocalípticas, porque son como empezar de cero. ¿Qué vas a hacer en esa situación? En esta nueva película nosotros hacemos que la infección solo afecte al Reino Unido. Que al final, es una isla. Y es por supuesto una referencia al Brexit, en el que no queremos ser parte de Europa, queremos que nos bloqueen, nos aíslen. Es como si dijéramos que no necesitamos a nadie más. De hecho es como si se tratara de una perspectiva de los años 50, de la posguerra, en la que sufríamos, pero en el fondo nos sentíamos grandes. 

Y todas las imágenes de archivo que se utilizan en la película, con los arcos y el lanzamiento de flechas, tienen mucho que ver con Enrique V y el día de San Crispín, cuando ganamos a los franceses. Es el recuerdo de cuando decíamos, 'sí, somos grandes'. Es triste. Y el protagonista y todos los hombres de esa isla quieren enseñar eso a sus hijos y se vuelve atrás, retroceden a la época en la que las mujeres se quedaban en casa y los hombres trabajaban, defendían, luchaban. Sí, en ese sentido la película es política.

Ralph Fiennes en '28 años después'

Ralph Fiennes en '28 años después'

Sony Pictures

En esta película los zombis tienen incluso hijos. Y al ver a los infectados separados del resto, causando miedo y siendo perseguidos, por momentos parecen emigrantes, los otros, los que tememos y a los que no conocemos realmente.

Kelson dice claramente al final que son todos personas. Puedes demonizarlos si quieres o matarlos. Pero son personas y somos todos iguales y acabamos en el mismo lugar. Cuando los generales romanos volvían de batallas exitosas siempre tenían un esclavo que seguía al caballo del general para decirle: acuérdate de que solo eres un hombre. No eres más que un hombre, porque pese a toda la gloria, el poder y el éxito todos acabamos igual, seas un rey o un mendigo. 

Y es algo que tenemos que reconocernos a nosotros mismos hoy que aspiramos a nuevas tecnologías. Los tecnólogos podrán dar forma al mundo y todos ellos están tratando de ganar a la muerte. Se gastan millones de millones en investigaciones para vivir para siempre. Y sí, creo que conviene recordarlo. Y es curioso que en una película para el gran público, comercial, decidamos gastar 20 minutos, detener la acción y hablar simplemente de esta idea del memento mori.

Jodie Comer y Ralph Fiennes en '28 años después'

Jodie Comer y Ralph Fiennes en '28 años después'

Miya Mizuno

¿Tratamos de evitar pensar en la muerte?

Lo hacemos. Pero yo vengo de una comunidad irlandesa donde la muerte es parte de la vida. Cuando era pequeño me llevaron a ver el cuerpo de mi abuela y me dijeron que la tocara para sentir lo fría que estaba. Y me impresionó mucho. Hubo una parte de duelo y luego la celebramos. Hay una celebración de la vida de la persona en vez de quedarte en la parte triste. Es importante para nosotros.

¿Por qué cree que los zombis conectan hoy tanto con la sociedad? ¿Por qué cree se han convertido en figuras tan exitosas?

Creo que el terror te permite ver los horrores del mundo traducidos a través de una imaginería muy extrema. Los horrores a los que nos enfrentamos habitualmente, la guerra, ejemplo. Y en general, la incomprensibilidad de la vida. Trabajas y trabajas y trabajas y el coste de la vida sigue y sigue subiendo. Los precios de la electricidad no sé cómo son en España, pero en el Reino Unido no sé cómo los paga la gente. Es un horror, terror, cómo pagan las familias eso. Y  creo que es uno de los motivos por los que el terror está teniendo ese crecimiento y se ha convertido en algo importante en el cine. 

En nuestra versión particular de los infectados la rabia está conectada con una sensación creciente de furia en la gente que de va de cero a cien muy rápido. Y eso se ve en la calle, en la furia de la gente. Y no solo los hombres. Entiendo a los hombres porque soy un hombre, somos así algo como el macho alfa frustrado. Pero las mujeres también lo sienten. Hay una frustración, una rabia increíble a la que saltamos rápidamente. Esa infección de rabia está localizada en la vida real, en comparación con la de la película.

¿El miedo es la otra emoción que manda hoy en la sociedad?

Nuestra infección, la forma en que se materializa en los infectados, se basa en la rabia. Y cuando los médicos no entendían la rabia en los años treinta, se hacían fotografías médicas de los pacientes infectados de rabia, para la que no había una cura por aquel entonces. Les aproximaban un recipiente con agua y los pacientes se morían de miedo. El estadio 3 de la enfermedad se llama hidrofobia. Es un absoluta locura el miedo que tenían al agua. El infectado estaba aterrorizado. 

O sea que lo último que ves del enfermo no es un monstruo enrabietado, sino una persona que está muerta de miedo. Estás viendo el miedo y sientes miedo tú también viéndolo así, así que es como una escalada total del miedo que, por supuesto, está por partes ahora mismo y, bueno, de forma muy comprensible muchas veces.

En el momento político en el que vivimos, con Donald Trump de nuevo en la presidencia, en sus próximos filmes, tan cargados políticamente, ¿tendremos a protagonistas infectados por el virus de Trump?

No puedes predecirlo. Pese a todo lo que haces en una película es mucho más extremo lo que sucede en la realidad. No te puedes ni acercar a las cosas que suceden. Trump no me da miedo personalmente por mi edad. Y yo creo en los niños, en los adolescentes y creo en lo que hace el protagonista al final de nuestra historia, que elige no hacer lo que su padre, sino tomar su propio camino. Y espero que los niños también decían seguir su propio camino y no simplemente lo que hacen estos señores mayores de Washington.

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