La anunciada reforma de la montaña de Montjuïc ya tiene lugar y fecha de inicio: el Sant Jordi Club está llamado a un lavado de cara que comenzará en el 2027 para concluir en el 2029, coincidiendo con el centenario de la exposición universal de 1929. El veterano espacio con una capacidad para acoger a 4.600 personas está llamado a crecer hasta los 16.500 metros cuadrados y un aforo máximo de 9.000 localidades, con flexibilidad para reducirlo a 3.500.
Para llevar a cabo la obra, la empresa pública BSM, responsable de la gestión de las instalaciones de la Anella Olímpica, lanzará este 17 de julio un concurso internacional para elegir el estudio encargado de acometer la obra, que contará con un presupuesto de 70 millones de euros aportados por la propia BSM, fruto de los ingresos obtenidos por la propia empresa.
Tanto o más importante aún, el espacio se diseñará pensando específicamente en la celebración de conciertos, convirtiéndose en “el primer auditorio del Estado pensado en origen para ofrecer la máxima calidad técnica, acústica y visual en espectáculos de música en vivo de formato medio”, tal y como afirmó la teniente de alcalde Laia Bonet en la presentación del concurso, celebrada este miércoles en el mismo espacio. Eso sí, la reforma del recinto implicará su cierre durante los dos años previstos para la reforma.
“El nuevo Sant Jordi Club deberá tener una identidad arquitectónica propia que encaje en el conjunto de la Anella Olímpica” ha apuntado Bonet sobre el futuro recinto, que además “deberá tener en cuenta la experiencia del público y la sostenibilidad”. El proyecto de reforma dará respuesta a una vieja demanda de los promotores locales: disponer de un nuevo espacio de tamaño medio entre la medida actual del Club (4.600) y el Palau Sant Jordi (18.400) para que la ciudad mantenga la competitividad en el mercado de las grandes giras internacionales, y que esté además adaptado a las necesidades acústicas y tecnológicas de la industria. En este sentido, el proyecto sigue la estela de otros recintos eminentemente musicales como el espectacular Sphere de Las Vegas o el Co-op de Manchester.
Esta propuesta se sumaría a otros proyectos en marcha como el Palau d’Esports de la calle Lleida, el futuro Palau Blaugrana o el nuevo Spotify Camp Nou, mientras el Circuit de Catalunya se mantiene como alternativa demasiado lejana. Ninguno de estos, sin embargo, está pensado específicamente para la música y los espectáculos en directo, que de un tiempo a esta parte se han convertido en los eventos de masas más recurrentes, con tanta o más asistencia que los deportivos.
En la actualidad, los espacios más parecidos a la capacidad que ofrecerá el Sant Jordi Club son el Olímpic Arena de Badalona, con capacidad para 13.000 personas, y el propio Palau Sant Jordi, que mediante una gran lona reduce la capacidad a la mitad de los 18.400 espectadores que puede acoger de forma habitual. Está previsto que el hermano mayor del club viva también una remodelación para adaptarlo a los nuevos usos que se dará a conocer en los próximos meses, y que forma parte de la reforma integral de la Anella Olímpica, con una inversión total de 370 millones de euros.
“El nuevo Sant Jordi Club deberá tener una identidad arquitectónica propia que encaje en el conjunto de la Anella Olímpica” ha apuntado Bonet, quien ha señalado el aparcamiento adyacente a la instalación actual como el espacio que se aprovechará para la ampliación del recinto, que tiene previsto acoger 45 conciertos durante este 2025, cifra casi idéntica a los 44 celebrados el año pasado. En total, son 170 los conciertos previstos en la Anella Olímpica (incluidos el Palau Sant Jordi y el Estadi Olímpic) entre el 2024 y el 2025, con una asistencia total de dos millones de personas, de la que el 80% son público local, de Barcelona y Catalunya, como ha resaltado la teniente de alcalde.
En los últimos años, el Sant Jordi club se ha convertido en un paso obligado para el crecimiento de artistas como Morad, que dio tres conciertos allí antes de actuar en el Palau, o Quevedo, que este año celebrará dos veladas en el hermano mayor. Por aquí han pasado Mushkaa, 31 Fam, Nicki Nicole, The Tyets o Ca7riel & Paco Amoroso. También Carolina Durante y Arde Bogotá, adalides del nuevo indie guitarrero, así como veteranos del tallaje de Judas Priest, o Sidonie, que cerraron allí su última gira.
La ampliación del Sant Jordi Club será la primera piedra del ambicioso proyecto del alcalde Jaume Collboni que pretende llevar a cabo la tercera gran transformación de Montjuïc, después de las acontecidas con motivo de la Exposición Universal y los Juegos Olímpicos. Con el horizonte puesto en el 2035 y una inversión de 2.800 millones de euros, esta reforma quiere reconectar los aledaños de la montaña y abrirlos a la zona del Morrot y el barrio de la Marina del Prat Vermell.
El objetivo de la reforma pasa también por reordenar espacios logísticos, recuperar espacios verdes y mejorar el transporte, punto este último destacado por Bonet, que ha celebrado el anuncio de la Generalitat de que retomará la ampliación de la línea 2 de Metro para que atraviese la montaña. Una ampliación que, unida a la prolongación de la línea del Vallès de los Ferrocarrils de la Generalitat, convertirá la plaza de Espanya en un nudo viario por el que acceder a la avenida Maria Cristina, que acogerá la remodelación de la Fira Montjuïc, así como la ampliación del Museu Nacional d’Art de Catalunya, que absorberá el pabellón de Victòria Eugènia.