Cuando los genios imparten clase

Artes escénicas

Juan Antonio Bayona, Sol Picó, Cabosanroque y otros, profesores de la primera edición del Barcelona Arts Summer School

Clase de J.A.Bayona en la BASS

Alumnos, este viernes, en la masterclass de Juan Antonio Bayona en la Barcelona Arts Summer School

ESCAC

“Si puedo darte un consejo, obsesiónate con el proceso, no con el resultado”. La frase cayó este viernes como una revelación en medio del silencio expectante del auditorio de la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (Escac), en Terrassa. El director español Juan Antonio Bayona lo soltó así, sin vueltas, porque si alguien conoce bien el recorrido de las grandes historias, ese es él. Su presencia capturó la atención más allá de su reconocido nombre. “Es mejor cometer errores que ser conservador”, sentenció. Sus consejos, salpicados de ironía, lograron sacar más de una sonrisa a los 150 estudiantes de la primera generación de la Barcelona Arts Summer School (BASS), un proyecto artístico que busca instalarse como un “laboratorio de talento” a través de la interacción de alumnos de distintas disciplinas y partes del mundo.

Desde el 29 de junio hasta el 13 de julio, los estudiantes se enfrentaron al desafío de crear un proyecto innovador que combinara las distintas áreas de las artes escénicas. En esas casi dos semanas, los alumnos estuvieron acompañados por un profesorado de alto nivel mediante talleres, clases magistrales, charlas y sesiones de trabajo colaborativas. Entre los docentes, se encuentran, por ejemplo, el cineasta Paco Plaza, la bailarina Sol Picó y los integrantes del grupo musical Cabosanroque.

La Escac, la Esmuc y el Institut del Teatre han creado una escuela de talento internacional para el verano

Para el coordinador y profesor de la escuela Christian Checa, el espíritu de la iniciativa se resume en las palabras del comediante John Cleese: un “oasis de espacio-tiempo” para que la creatividad fluya sin interrupciones. “Es el concepto que hay detrás de la BASS: erigir, para personas creativas –independientemente de la disciplina de la que vengan– un oasis donde puedan encontrar una colaboración que sea enriquecedora”, explicó. “Esto además mejorará las interconexiones entre los estudiantes dentro
de Cataluña con estudiantes externos­”, enfatizó también Núria Plana, directora del Institut del Teatre.

Todos los alumnos de la escuela de verano provienen de ramas artísticas distintas: hay cantantes, músicos, cineastas, actores y bailarines. De los 150 estudiantes, la mitad estudia en alguna de las tres instituciones que organizan el proyecto (la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya, la Escola Superior de Música de Catalunya y el Institut del Teatre), mientras que el resto proviene de distintos países del mundo.

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“La gracia es que abran su cabeza y que entren de maneras diversas, con estructuras y pensamientos diferentes”, afirma Sergi Casamitjana, director de la Escac.

Laura Almiñana, catalana, y Dunya Vesic, de Serbia, se conocieron en la BASS. Ambas son intérpretes musicales, una toca el acordeón, y la otra, el chelo, y forman parte del mismo grupo de trabajo en la escuela de verano. “El nuestro es el equipo Star Wars, cada grupo tiene su propia película”, explican divertidas. “Lo que más me gusta es aprender de otras disciplinas gracias a los compañeros, no solemos tener estos espacios creativos”, dice Almiñana.

El proyecto, financiado por la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Cultura, apuesta por potenciar un nuevo perfil profesional, potenciando además Cataluña como centro exportador de talento internacional. “De las tres escuelas que lo estamos organizando, somos expertos en nuestras disciplinas, pero nos necesitamos mutuamente para crear”, enfatiza Núria Sempere, directora de la Esmuc.

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