G-5
Intérpretes: Kiko Veneno, Muchachito, Tomasito, El Canijo de Jerez, Diego Ratón
Lugar y fecha: Festival Alma, Poble Espanyol, 16/VII/2025
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El festival Alma invitó al supergrupo G-5 a presentar su segundo álbum El que quiera dormir que se compre una colchoneta. Integrado por Kiko Veneno y sus discípulos Muchachito, Tomasito, El Canijo de Jerez y Diego Ratón, se presentan con una imagen de presidiarios, inspirada por la película de los hermanos Cohen O Brother! . Y desde que pisaron el escenario del Poble Espanyol, junto a una enjaulada sección de ritmo, aquello fue una fiesta.
Ya en la inicial Helsinki , a ritmo de rumba & roll, dejan claro su ideario: “ cinco sinvergüenzas en medio de una berza sacaron las guitarras y empezó la fiesta”. Tal cual. Además, en la letra, se acuerdan de Los payasos de la tele , Los Jacksons, Las Grecas, Bob Dylan y Los Chichos, santoral que les inspira un repertorio jocoso y trufado de guiños.
Así, en El cheque, con frenético ritmo de rumbabilly, es al jefe a quien homenajean al acordarse en la letra de A La Habana yo me fui de Veneno. Alternando temas nuevos con los de su debut Tucaratupapi , la influencia de Kiko se hizo evidente en la funky y guasona Quitao . En la flamante La moto , con el blues y el swing por montera, cuentan una hilarante historia sobre el robo de una Vespa. El cachondeo no para y en el nuevo single Badajoz se ponen psicodélicos, con sonido de tabla incluida.
Turnándose a las partes vocales, la declaración de principios a lo Veneno que supone G-5 , es una mezcla de flamenquito y groove, mientras que en la nueva Amilele Tomasito se marca unos compases sintéticos con teclado. Por su parte el Ratón muestra habilidades como solista desmelenándose con el pedal wah wah en la lisérgica Sancti Petri boulevard . A la fiesta se sumaron unos polis que llevaron a Tomasito a una máquina escribir en la skatalítica carta al Querido Javier .
La guasa siguió por bulerías en Pitagoras , antes de recordar Kiko el inadmisible nuevo holocausto palestino en una Perdío impregnada del frenético estilo Muchachito Bombo Infierno. Y La oreja baila sola , dedicada a Amaia Montero e impregnada de aromas greco-rumberos. La oda flamenca a la hierba de El porro dice: “una cosa que da tanta hambre no puede ser mala”. El tremendo vacilón siguió en un suculento bis en el que se disfrazan de indios y mexicanos en la fronteriza 40 forajidos , en un fin de fiesta con homenaje a Peret, en forma de El muerto vivo , y la rumba salsera Vaya sarao , lluvia de colchonetas y salvavidas para recordar el título del álbum.